AFP.- “Cada vez que aumenta el dólar negro eres más pobre”, dice resignado Juan Zabala ante el avance frenético de la divisa en Venezuela, en un clima de nerviosismo por los cambios que introducirá una todopoderosa Asamblea Constituyente.
Ejecutivo en una empresa de reaseguros de Caracas, Zabala gana 800,000 bolívares mensuales, que este jueves equivalían a US$ 50 a la tasa del dólar paralelo. Hace un año, cuando ingresó a la compañía, su sueldo representaba US$ 200 en el mercado negro.
“Cuando el dólar sube, aumentan todos los precios y el salario disminuye”, añade a la AFP este abogado de 38 años.
La divisa estadounidense se cotiza a 15,893 bolívares por dólar, frente a los 999 de un año atrás, según el sitio web DolarToday, principal referente del mercado paralelo, lo cual significa una devaluación de 94% para la moneda local.
Detrás está la “incertidumbre” que genera la Constituyente del presidente Nicolás Maduro, que se instalará el viernes. “La gente está protegiendo lo poco que tiene”, dijo a la AFP Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.
Oliveros se refiere al nerviosismo de empresas y personas naturales que se resguardan en el dólar, presionando el alza, ante posibles cambios constitucionales que según la oposición instaurarían una “dictadura comunista”.
“Uno solo trabaja para poder comer”, afirma Zabala, quien se podría decir privilegiado frente a quienes perciben un ingreso mínimo de 250,531 bolívares (US$ 16). Solo un kilo de arroz cuesta 17,000 bolívares.
Sin barrera
Venezuela vive una grave crisis económica que se profundizó a partir del 2014 con la caída de los precios del petróleo, fuente de 96% de las divisas en este país históricamente dependiente de las importaciones.
Debido a ello el gobierno, que monopoliza los dólares mediante un férreo control de cambios vigente desde el 2003, redujo las asignaciones al sector privado, tornando crónica la escasez de alimentos, medicinas y todo tipo de bienes básicos.
Muchos empresarios deben importar materias primas y productos terminados con dólares del mercado negro, empujando la inflación, que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) escalará a 720% este año.
Para derrotar el “dolar criminal”, Maduro lanzó en junio un sistema de asignación de dólares mediante subastas, que se cotiza en 2,870 bolívares, pero la oferta es insuficiente.
También existe otra cotización oficial de diez bolívares por dólar, reservada a la importación de alimentos y medicinas.
“Las cosas aumentan más rápido que el sueldo”, comenta Zabala, quien destina la décima parte de su salario para un tratamiento de diabetes, cuando lo consigue.
Maduro sostiene que la nueva Constitución consagrará normas para superar el rentismo petrolero e incentivar el aparato productivo, que funciona al 30% de su capacidad.
También, aspectos para el control de precios, al que los expertos atribuyen varias de las distorsiones económicas.
Sin embargo, el mandatario, que vincula el “dólar negro” con una supuesta guerra económica de la oposición para derrocarlo, no ha dado detalles.
Maduro enfrenta desde hace cuatro meses protestas que exigen su salida, con saldo de unos 125 muertos, y que adujo como motivo para la Constituyente, que según sus adversarios instalará una “dictadura comunista”.
“El conflicto político puede estar arrastrando el mercado paralelo”, declaró a la AFP Henkel García, director de la consultora Econométrica, quien cree que el alza la generan actores que acuden al billete verde para “resguardar su patrimonio”.
Ecoanalítica estima que por ahora “no hay barrera para el dólar negro”
Pero García opina que el actual tipo de cambio “no tiene lógica” y puede pasar, como en anteriores ocasiones, que la tasa “se estanque por un tiempo y los precios y salarios se inflen”, generándose una corrección.
Panorama oscuro
La Constituyente también generó un efecto colateral en el mercado paralelo, pues de cara a su elección, el domingo pasado, el gobierno elevó el gasto en bolívares.
“Cuando inyectas bolívares, eso se traduce en que las empresas, los particulares, buscan dólares que son escasos”, anotó Oliveros, quien cifra en US$ 11,000 millones el déficit de divisas para el 2017.
El panorama es aún más oscuro ante próximos vencimientos de deuda (la petrolera estatal PDVSA deberá pagar US$ 3,433 millones en octubre) y la amenaza de Estados Unidos de sancionar a Venezuela por la Constituyente, sobre la cual pesan sospechas de fraude.
Mientras tanto, Zabala espera que su jefe le apruebe el reajuste salarial que pidió este jueves, el cuarto desde que fue contratado.