Los aranceles sobre autopartes no han estado vigentes desde la década de 1960, y rastrear el origen de los componentes del vehículo para aplicar impuestos sería sumamente complicado y elevaría el costo de los autos producidos en América del Norte, dijo David White, vicepresidente ejecutivo de cadena de suministro de la empresa canadiense.
Deshacerse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) provocaría un “manicomio” en la industria automotriz y aumentaría los costos para los consumidores, de acuerdo con New Flyer Industries, el mayor fabricante de autobuses de tránsito en América del Norte.
Si bien la compañía está mejor posicionada que otros fabricantes automotrices canadienses porque fabrica la mayor parte de sus autobuses en Estados Unidos, cualquier arancel igual elevaría los costos a corto plazo y haría que la compañía sea menos competitiva frente a sus pares estadounidenses, agregó.
“Económica y financieramente no tendría sentido”, manifestó White. “Será un manicomio y tan drástico”.
Estados Unidos ha propuesto que 50% de autos, camiones y partes grandes se produzcan en el país para acceder a los beneficios arancelarios del TLCAN y que se amplíe el requisito de rastreo del país de origen de las partes.