En la capital de la provincia del Datem del Marañón, San Lorenzo, la ministra del Ambiente, Elsa Galarza, participó junto a los representantes de 120 comunidades de la puesta en marcha del primer proyecto a nivel mundial financiado por el Fondo Verde para el Clima. La iniciativa beneficiará a más 4 150 familias, generando nuevas oportunidades para su desarrollo mediante el aprovechamiento sostenible de la diversidad biológica y, en particular, de los bosques.
El proyecto, que cuenta con un financiamiento de US$ 9.1 millones, busca mejorar la calidad de vida de la población que vive alrededor de los humedales mediante el aprovechamiento de los recursos naturales de manera sostenible.
“No solo se busca conservar el medioambiente sino también promover la generación valor para las poblaciones que habitan en la zona, que a través del emprendimiento de bionegocios puedan mejorar su calidad de vida”, explicó la ministra Galarza.
Informó que este es el primer proyecto a nivel mundial financiado con recursos del Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés) y del Gobierno de Corea del Sur, con contrapartida del Fondo de Promoción de las Áreas Naturales Protegidas del Perú (Profonanpe), entidad que estará a cargo de su ejecución, y que está conformada por el sector público y privado, siendo el ministerio del Ambiente (MINAM) quien la preside.
“La puesta en marcha de este proyecto demuestra que es posible conservar el ambiente y traer consigo beneficios para la población. Vamos a trabajar de la mano de las comunidades para comercializar sus productos, como el aguaje, pero con valor agregado de calidad que les permita incrementar sus ingresos cuidando sus bosques. Esperamos que pronto hayan más proyectos en beneficio de las comunidades y ecosistemas”, refirió la titular del MINAM.
Agregó que el proyecto que hoy inicia permitirá tener un desarrollo sostenible que ayude a las poblaciones a mejorar su economía familiar, así como la economía de su comunidad.
“Esta es la visión del MINAM: conservar el ambiente conciliando el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental en beneficio de sus ciudadanos”, sostuvo.
El gran objetivo del proyecto es mejorar la resiliencia de las comunidades indígenas, sus medios de vida y reducir 1.30 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) causadas por la deforestación.
Para lograrlo trabajará, junto a las comunidades, en más de 4 720 hectáreas de bosque y en 140.6 hectáreas de aguajal, los cuales capturan 484.5 toneladas de carbono por hectárea, conforme datos de la Reserva Pacaya Samiria.