(Bloomberg).- La reforma tributaria que analiza la Cámara de Representantes de Estados Unidos es una mejor apuesta para las compañías de petróleo y gas que para los desarrolladores solares o los compradores de automóviles eléctricos, pues apoya las opiniones decididamente favorables a los combustibles fósiles del presidente Donald Trump.
La propuesta, presentada el jueves, rebaja casi a la mitad las tasas impositivas para la mayoría de las corporaciones y amplía la capacidad de las empresas, desde las de explotación de shale, o esquisto, hasta los fabricantes de paneles solares, de amortizar los equipos.
Mantiene intacta la mayoría de las exenciones impositivas más preciadas de la industria petrolera, así como los créditos fiscales por inversión y producción para la energía renovable.
Pero hay excepciones: un crédito de US$ 7,500 para compras de vehículos eléctricos queda eliminado, al igual que un crédito para grandes proyectos solares y geotérmicos. Tales cambios, junto con otras correcciones, podrían dificultarles a los productores de energía renovable atraer financiamiento.
“Tengamos en cuenta que esta es solo la primera salva en la lucha por la reforma fiscal”, dijo John Marciano, abogado de Akin Gump Strauss Hauer & Feld LLP, en un correo electrónico. “Esto no está ni cerca de terminar”.
Es posible que el proyecto de ley cambie ya este fin de semana. El representante republicano Kevin Brady de Texas, que preside la Comisión de Medios y Arbitrios, ha indicado que puede volver a redactarlo antes de que lo vote la comisión el lunes, cuando podrían adoptarse las enmiendas que representan más cambios.
Pero hasta ahora, esto es lo que sabemos sobre lo que significa el proyecto de ley para la energía:
Petróleo y gas
La propuesta de la cámara baja estadounidense protege tres disposiciones que ahorran a las empresas de exploración miles de millones de dólares al año, al tiempo que elimina algunas otras.
La legislación preserva el uso de una disposición llamada “último entrado primero salido”, o LIFO por su sigla en inglés. Estas reglas especiales de contabilidad permiten a las empresas valorar las existencias de crudo al precio al que se venden, en lugar de tomar el costo de compra original.
El proyecto de ley también permite deducciones continuas de los llamados costos intangibles de perforación y preserva una medida que permite a las compañías de exploración reducir los ingresos gravables para reflejar la depreciación de las reservas.
Energía renovable
Si bien mantiene dos importantes créditos para la energía solar y eólica, el proyecto reduce el beneficio de la provisión eólica en un tercio y elimina un 10% del crédito fiscal para los proyectos solares y geotérmicos de escala comercial después del 2027.
Empresas de servicios públicos
El plan mantiene la deducción de los gastos de intereses que las empresas de servicios públicos ven como crítica, dada la deuda de miles de millones de dólares que el sector acumula para pagar nuevas centrales de energía y líneas de transmisión. Perder la deducción afectaría las ganancias, aunque se recortara la tasa fiscal corporativa, sostiene el sector energético.
Oleoductos y gasoductos
El proyecto de ley parece “levemente positivo” para las sociedades limitadas favorecidas en materia fiscal y a menudo formadas para operar los oleoductos y otras infraestructuras energéticas. Se beneficiarían de una mayor capacidad de inversión en bienes de capital, dijo Jay Hatfield, gestor de cartera en Nueva York para el fondo negociado en bolsa InfraCap MLP.
Los pertenecientes a entidades corporativas verían un “gran beneficio” derivado de la nueva tasa de impuesto corporativo del 20%, añadió.