Bloomberg.- Las multinacionales estadounidenses, entre ellas Apple y General Electric, descubren de repente que podrían tener que pagar tres impuestos nuevos —cuya recaudación se estima en US$ 454,100 millones en una década—, según el proyecto de ley impositiva presentado el jueves en la Cámara de Diputados de Estados Unidos.
En algunos casos, sus tasas impositivas terminarían superando las actuales, dicen los expertos.
En primer lugar, las empresas ya no podrían evitar que EE.UU. les cobre impuestos por ganancias que acumularon durante años en el exterior, estimadas en una nota de investigación de Goldman Sachs en US$ 3.1 billones.
Se las gravaría a tasas de hasta 12% y generarían, según estimaciones, US$ 223,000 millones. Las empresas tendrían ocho años para pagarlas.
Las reservas más grandes pertenecen a Apple, que tiene US$ 252,300 millones, seguida por Microsoft, Cisco Systems, Alphabet, Oracle y Johnson & Johnson, según datos compilados por Bloomberg.
“Siempre defendimos enérgicamente una reforma integral del impuesto corporativo”, dijo en entrevista telefónica el director de finanzas de Apple, Luca Maestri. “Tendremos que ver qué legislación se promulga”.
La tasa de 12% representa cierto alivio —la actual para corporaciones es de 35%—, pero sigue “al borde de la hostilidad contra las empresas”, dijo Steven Englander, director de investigación y estrategia de Rafiki Capital Management. El presidente Donald Trump propuso una tasa máxima de 10% sobre las ganancias acumuladas en el exterior. El presidente de la Cámara, Paul Ryan, propuso 8.75%
Polémica
Otros dos impuestos nuevos podrían resultar más polémicos. Uno se aplicaría a los pagos de regalías u otros pagos por “costos de bienes vendidos” hechos por una empresa estadounidense a sus filiales o sociedades controlantes en el exterior. No se incluirían los pagos de intereses.
Otro afectaría a las compañías estadounidenses que reciben “retornos elevados” de filiales en el extranjero. Juntos, los dos impuestos recaudarían, según estimaciones, US$ 231,000 millones en 10 años, según el Comité Conjunto de Impuestos del Congreso.
Parecer que ambos impuestos tratan de impedir que las empresas estadounidenses transfieran sus ganancias a unidades offshore para evitar impuestos más altos en Estados Unidos Aunque el proyecto presentado el miércoles por los diputados republicanos bajaría la tasa corporativa del país a 20%, otros países tienen tasas más bajas.
La de Irlanda, por ejemplo, es de 12.5%. Por eso, los nuevos impuestos están diseñados para apuntalar la base fiscal nacional de EE.UU.
Ese impuesto “va a por las empresas invertidas, sin duda”, dijo Bret Wells, profesor de Derecho Impositivo en la Universidad de Houston. En una inversión, una empresa estadounidense se fusiona con una extranjera y transfiere su domicilio fiscal a una jurisdicción con impuestos más bajos en el exterior. Tras hacer una inversión, las empresas pueden evitar los impuestos estadounidenses sobre el pago de regalías.