(Bloomberg).- Kenneth Mahon no es un hípster moderno y alternativo. Es un hombre de 65 años que preside un banco.
Sin embargo, uno puede encontrar a Mahon todos los días en el barrio de Brooklyn que se ha convertido en el epicentro de la costa este del estilo y la moda alternativos de los hípsters, en el Dime Savings Bank of Williamsburgh. Y está muy seguro de cómo tiene que hablar con los millennials que se pasean afuera con pantalones de yoga y zapatillas Vans.
Les habla en dólares y centavos.
“Para una compañía sería terrible tratar de actuar como un bohemio”, dijo Mahon. “Somos banqueros. No conviene que a uno se le vaya la mano”.
Por eso Dime atrae depósitos de Brooklyn –y de todo el país- ofreciendo una cuenta en el mercado de dinero con un rendimiento anual de 1.1%. Bankrate.com, que reúne datos de tasas, solo menciona dos bancos de los EE.UU. que ofrecen más, un 1.11%. En estos momentos, todo lo que se acerque a 1% se considera enormemente generoso.
Las acciones y los bonos ofrecen la oportunidad de obtener un mejor rendimiento –una inversión podría tener un retorno igual a la inflación, por ejemplo- pero entrañan riesgos. La Corporación Federal de Seguro de Depósitos protege a los depositantes de la quiebra de los bancos asegurando cada cuenta por US$ 250,000 como mínimo. Eso hace que una caja de ahorro de alto rendimiento sea útil como fondo de emergencia. El primer lema de Dime, que tiene 152 años de antigüedad, es: “En tiempos de prosperidad, ahorre para la adversidad”.
Los bancos que pagan 1% o más son un grupo heterogéneo de instituciones comunitarias, bancos online e incluso Goldman Sachs Group, cada una con razones propias para ser generosa. Dime necesita los depósitos para cubrir un nicho local en auge. Les da préstamos a los propietarios de edificios de apartamentos de los cinco municipios de Nueva York. En lugar de sacar una hipoteca, los propietarios ponen el alquiler de sus edificios como garantía. Por medio de la refinanciación, pueden convertir los crecientes valores de las propiedades en dinero.
Es prácticamente el único tipo de préstamo que ofrece el banco, y su personal se ha vuelto experto en él. Antes de ayudar a un propietario a comprar o refinanciar, Dime debe decidir cuáles son las perspectivas de un edificio y el barrio circundante. Allí es donde entran a jugar las raíces locales de Dime, dijo Mahon, que tiene una antigüedad de 36 años en el banco. Su jefe de 74 años, el presidente y CEO VincentPalagiano, lleva 46 años en la empresa.
En un municipio obsesionado con lo local y lo auténtico, Dime Savings Bank of Williamsburgh ofrece ambas cosas. (La “h” final del nombre data de la fundación del banco en 1864.) Mientras que casi todos sus rivales locales del siglo XIX han desaparecido, Dime sigue allí, instalado en un edificio de piedra caliza al pie del Puente de Williamsburg.
