Cómo ser el candidato perfecto para un puesto de trabajo

Triunfar en la búsqueda de empleo es una tarea para verdaderos expertos que deben dominar nuevas fórmulas de rastreo. Aquí algunos consejos para aquellos que desean distinguirse del resto.

Buscar empleo es ya el trabajo más complicado del mundo. Si entras en esa difícil aventura laboral y pretendes convertirte en el candidato perfecto has de resultar diferente y seguir caminos no tradicionales.

El candidato ideal tiene en consideración que no pasa nada por darse cuenta de que tal vez no encaja en los puestos en los que se ha estado empeñando hasta ahora, y quizá debería revisar cómo plantea su currículo para adecuarse al mercado laboral.

Es el que analiza qué ofrece realmente a los reclutadores y si es capaz de cambiar lo que no funciona en su búsqueda y en los procesos de selección en los que participa. Sabe diseñar un plan de carrera y conoce perfectamente qué reclama el mercado, ante la evidencia de que ya ha cambiado la forma de trabajar y de que es imprescindible recurrir a nuevas soluciones, pensando como proveedor de servicios.

Visión de la realidad.
El buen candidato está convencido de que su carrera profesional está en sus manos, no en la de los empleadores. Sabe hacer un pronóstico acerca de su trabajo, de su profesión o del sector en el que trabaja y en el que pretende trabajar. Resulta bastante lógico pensar que quien sabe hoy lo que estará haciendo dentro de al menos un lustro, mantiene una ventaja que le permitirá desarrollar nuevos conocimientos y competencias necesarias. Así será más fácil diseñar un plan de carrera y ser consciente de los puntos débiles y de las fortalezas.

Ser diferente.
Normalmente, quienes se quedan sin empleo buscan en el mercado laboral ofertas demasiado generalistas. Debes tener en cuenta que centrarte en un enfoque demasiado genérico es un error. Lo más eficaz es destacar tus funciones y determinar en qué sectores puedes sobresalir. Debes saber argumentar en qué eres único y diferente, y has de salir al mercado con una marca personal. Krista Walochick, socia de Talengo y vicepresidenta de la Junta Directiva Global de la AESC (Association of Executive Search Consultants), suele decir que “ya no valen los profesionales navaja suiza que aparentemente sirven para todo”.

Serás un candidato ideal si te distingues y aportas valor en un mercado laboral volátil y muy competitivo.

Concreta las diferencias.
Ser diferente y saber vender esa distinción está bien… Pero hay que concretarlo. Y eso se hace si eres consciente de que necesitas una serie de habilidades y capacidades profesionales que hoy demandan los empleadores. Y algo más que debes tener en cuenta y tratar de solucionar: esa lista de habilidades cambia constantemente y exige de ti, como profesional, una reinvención casi permanente.

Se pueden citar algunas capacidades que ya exigen las empresas, que tienen el apellido de “nuevas” y sin las que no podrás acceder a un puesto. Pero quizá alguna se caiga de la lista muy pronto y sea sustituida por otras. De momento, debes argumentar que tienes altos niveles de creatividad e innovación; que eres muy adaptable a las nuevas situaciones y capaz para trabajar en entornos cambiantes; que cuentas con habilidad para tomar decisiones; que alcanzas niveles notables de autoaprendizaje y que tienes capacidad de reciclaje o habilidad multidisciplinar; flexibilidad y polivalencia que te permiten trabajar en diferentes puestos; que cuentas con habilidades relacionales y comunicativas; y con una faceta internacional relevante, sin olvidar la experiencia, el dominio de las redes sociales, o la capacidad para fabricar tu propia marca.

También has de tener en cuenta que la exigencia de estas capacidades y habilidades, y la ausencia de ellas, lleva a que, aunque parezca imposible, haya posiciones que no se cubren. Algunos estudios, como el Talent Shortage Survey de ManpowerGroup, concluyen que más grave que la incidencia del paro es la escasez de talento en numerosos perfiles.

Saber quién eres…
Es necesario que tengas muy claro quién eres, qué ofreces y quién puede comprar tu producto, esto es, quién va a apostar por tu talento y cuál es el valor de ese producto que ofreces. Qué es lo que hemos hecho basándonos en resultados. Resulta determinante saber qué queremos y, en función de ello, analizar qué sector nos conviene y dónde podemos desarrollar nuestra carrera.

Cuando se habla de saber venderse, hay que tener en cuenta que aunque el currículo todavía sirve, sólo la evaluación de éste no es suficiente para que los posibles empleadores te valoren. El candidato ideal es el que sabe gestionar adecuadamente sus perfiles sociales y crea una marca personal sólida, real y efectiva en las redes. Dominar éstas tiene que ver con la calidad del trabajo que eres capaz de mostrar en los medios sociales, la manera en la que los utilizas, y si puedes usarlos como correa de transmisión de lo que haces realmente.

Diseña otras búsquedas.
El candidato perfecto puede serlo precisamente porque es la clase de profesional que se plantea caminos alternativos para cambiar radicalmente de vida laboral… Sin utilizar los caminos tradicionales. Es bien conocido el caso de Laszlo Bock, vicepresidente de recursos humanos de Google, quien ya desde hace algunos años sostiene que no le hace ascos a contratar cada vez a más gente que no ha pasado por la Universidad.

Si tienes una amplia experiencia profesional y has decidido cambiar radicalmente -incluso de profesión o de sector- pero dudas de que esa transformación sea realmente posible, has de saber que cada vez más candidatos pueden dirigir su formación hacia ámbitos complementarios. Se presentan muchas oportunidades para aquellos que quieran completar así su desarrollo.

Recuerda que la formación ofrecida a los profesionales que apuestan por reciclarse no está perfectamente adaptada al nuevo mercado de trabajo ni a las exigencias de las empresas. En este sentido Silvia Leal, asesora de la Comisión Europea y directora académica en IE Business School, recuerda que se abren segundas oportunidades para aquellos que no han tenido la opción de estudiar una carrera universitaria y están preparados para ciertos puestos y perfiles profesionales.

El dilema de los contactos.
El candidato ideal tendrá además que sobreponerse a un hecho dramático: según un estudio de Lee Hecht Harrison, apenas un 20% de las ofertas está disponible. Cabe preguntarse qué podrán hacer los candidatos si pesa tanto el porcentaje de ofertas ocultas y que sólo un círculo reducido tiene acceso a ellas. Hay quien habla de grupos cerrados de candidatos a un puesto, o de una elite formada por aquellos que están superrelacionados y que van rotando de empresa en empresa.

Para complicar un poco más las cosas, aunque la red de contactos se haya convertido en una herramienta básica para encontrar empleo en ese entorno de ofertas invisibles, la cantidad no sirve si nuestras relaciones son de baja calidad. Conviene determinar quién merece la pena y a quién puedes considerar como contacto de alta calidad para que te ayude a conseguir un empleo.

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