“No tenemos vagos, sino gente que hace cosas que no valen para nada”, sentenció Manuel Sevillano, gerente general de Merco Internacional, al ser cuestionado sobre las prácticas laborales en el país.
Pero este fenómeno de labores inútiles se repite a lo largo del mundo. “El desarrollo tecnológico, la innovación y globalización, han dejado competencias valiosas en su día, como totalmente obsoletas”, explicó a Gestion.pe.
De hecho, las prácticas de las empresas tecnológicas se perfilan como las ejemplares al resto de industrias tradicionales (ver vídeo).
No todo está perdido, sin embargo. El rubro no define los valores de la empresa, y menos su estrategia de recursos humanos.
“Las compañías se orientan a los resultados. Los valores son los límites que nos ponemos para obtener esos resultados”, observó.
Y es que para lograr la excelencia en una empresa, se necesitan los mejores trabajadores. Entonces, una misión clave debe ser convertirse en el lugar en donde todos quieran trabajar.
“Hoy las estructuras matriciales son más eficientes que las jerárquicas”, anotó Sevillano, describiendo que un cambio en el organigrama es necesario.
El negocio mismo, además, ha evolucionado. La diferenciación por la calidad del producto ahora es irrelevante. “Hoy los coches ya no se rompen, las camisas están bien confeccionadas, los hoteles están limpios”, subrayó.
Es decir, destacar por la calidad de tu producto no es conveniente porque todos los productos deberían ser de buena calidad.
“La diferenciación viene por los intangibles, lo que no te pueden copiar: la reputación, las personas, el talento”, señaló Sevillano.
El talento atrae más talento. “El talento es diverso, la sociedad es diversa. Cuanta más diversidad sea capaz de atraer la empresa, un mayor catálogo de respuestas tendrá ante un escenario adverso”, añadió.