¿Cuánto importan los buenos (o malos) modales en la oficina?

Aunque las medias de este caballero son muy bonitas, la actitud lo dice todo: Irrespetuoso, no es muy cortés ni considerado. Ese es el tema de este artículo. ¿Cómo este comportamiento puede afectar su carrera profesional?

¿No le fastidia cuando alguien toma algo de su escritorio sin preguntarle primero? O ¿Cuándo algunos compañeros no dejan la cocina limpia después de usarla? Y ¿qué hay de ese compañero que siempre va a su sitio a hablar de cualquier cosa, incluso cuando usted no lo está escuchando?

Y la pregunta más importante de todas: ¿Algo de esto tiene un impacto en su carrera? “Estoy seguro que sí, especialmente si usted no es consciente de cómo lo está afectando”, opina Alejandro Cabral en un artículo publicado por la red social de profesionales LinkedIn.

Es necesario recordar que cuando uno trabaja en una oficina, sin importar el tipo de empresa u oficina que sea, hay ciertas reglas explícitas e implícitas que usted acepta respetar. Estas reglas de conducta son reales y están destinadas a mantener a todos en un estado moderado de bienestar.

Así es como funcionan los grupos, ese es el dinamismo que hace de una oficina nuestro segundo hogar o una mazmorra. A continuación, una lista de lo que se podría llamar modales “estándar” de oficina.

“Gracias” y “por favor” hacen la diferencia.
A nadie le gusta la gente que solo viene y exige cosas. En mi caso, no me gusta cuando alguien espera que yo salte de mi asiento cada vez que necesitan algo y sin siquiera pedirlo correctamente.

Pedir prestado las cosas y no solo tomarlas.
Muchos de nosotros tenemos un “sistema” para las cosas en el escritorio, las acomodamos de una manera que nos permita encontrarlas fácilmente… aunque a veces ese orden no parezca un orden por así decirlo. En todo caso, si alguien desea pedir prestado mi grapadora, tiene que pedirla. No solo venir y tomarla y luego dejarla en cualquier lugar.

Devolver las cosas prestadas (o tomadas).
Si usted ha tomado algo prestado, por favor devuélvalo. Si usted no ha pedido permiso para usar algo, es mejor que lo devuelva. Si no lo hace y el dueño al final se entera de esto, ¿qué pensará la gente de usted? No se gana una mala fama en la oficina. Las cosas en la oficina tienen un nombre, un dueño, y se prestan o reciben con la confianza de que las van a cuidar y devolver.

Preguntar si es un buen momento para conversar.
En especial si no se ha programado ninguna reunión. No interrumpa a las personas que están trabajando o incluso cuando no parece que están ocupadas. No asuma que tendrán tiempo para usted, solo basta con preguntarles. De esta forma, la gente sabrá que usted respeta su tiempo. No sea un vendedor telefónico, no los interrumpa.

Limpiar su desorden.
Muchos de ustedes habrán comentado (o más bien criticado) alguna vez sobre ese compañero que suele dejar la sala de reuniones toda sucia después de comer, con envases de comida y/o tazas de café sobre la mesa, o sobre aquel colega que deja los plumos destapados para que se sequen después de usarlos. Usted es responsable de su propio desorden, no hay ninguna razón para que se lo deje a los demás.

[Etiqueta]

Dar tanto como se recibe.
Todo el mundo tiene sus propios problemas y necesidades. Pregunte a sus colegas como les va o sobre cualquier tema que demuestre que a usted le interesa la otra persona. No espere que todos estén felices de escuchar sus problemas cuando usted no hace lo mismo por el resto.

Señalar los defectos de la gente.
En especial en las reuniones. ¿Qué de bueno tiene decir que tal persona está subida de peso, se está quedando calva, o que su letra es mala? Lo único que logrará es demostrar en la oficina que usted es irrespetuoso y se anda fijando en esas cosas. Prácticamente está obligando a la gente a no caerle bien.

Ser chismoso.
Que quede claro que esto no tiene que ver con un género específico, sino más bien es una acción específica. Si usted es el que lleva los chismes por toda la oficina, con el tiempo la gente lo “marcará” y lo excluirá disimuladamente del grupo. Si usted se entera de algún asunto personal sobre un colega… guárdeselo pues es la forma educada de proceder. Si se trata de algo relacionado al trabajo, pregúntese a sí mismo: ¿es peligroso para la persona o la empresa? si lo es, vaya a recursos humanos. Si no lo es, no lo comente. A nadie le gustan los chismosos.

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