Si a la entrevista de trabajo -en la que un candidato se pone frente a un entrevistador para conseguir un trabajo- ya no se le puede dar una validez absoluta -nadie puede conocer a una persona en tan poco tiempo-, tendremos que admitir que la simple lectura del currículo ya no permite al reclutador saber exactamente qué tipo de profesional se va a encontrar.
A esto hay que añadir que la evaluación de un CV ya no es suficiente para valorar a un candidato. Su huella digital, con la información indexada en redes, tiene un valor creciente si se pretende hacer un análisis completo que permita verificar y contrastar los datos que proporciona el aspirante.
Lo que somos y lo que dicen
Parece evidente que la esencia del currículo permanece, pero hay multitud de posibilidades gracias a la tecnología. Usted ya no puede venderse de una manera tradicional. En un mundo interconectado resulta cada vez más complicado controlar nuestro propio currículo, pues somos cada vez más transparentes.
Hay quien piensa que en no mucho tiempo ni siquiera hará falta presentar el CV, porque contaremos con herramientas que aglutinen toda la información contenida en diferentes fuentes.
Importa lo que dice en su vida laboral, pero también lo que dicen de usted quienes le conocen. Somos lo que nuestros amigos creen que somos. Por eso resulta determinante cuidar el valor de nuestras interacciones y la imagen que conforma nuestra reputación.
Hoy las redes sociales afectan a la forma de contratar. Aportan nueva transparencia en el acceso a la información personal y profesional, y permiten acceder a los candidatos de forma más rápida y directa. Hasta ahora nos preocupábamos de la primera impresión que ofrecíamos en una entrevista de trabajo. Ahora hay que tener en cuenta qué transmitimos en las redes sociales, y si los errores que cometemos en ellas tienen remedio.
Un ‘documento de venta’
El currículo no es un relato biográfico del trabajo que ha hecho hasta ahora. Se trata más bien de un documento en el que usted debe venderse como si fuera una empresa. El relato de trabajos pasados, incluso de éxitos ya conseguidos, no interesa demasiado a los reclutadores. Básicamente, el objetivo de un currículo es llegar a conseguir una entrevista personal con alguien que nos puede seleccionar para un puesto.
- Demuestre que puede ofrecer verdadero valor. Los contenidos de su CV deben reflejar los talentos y habilidades que es capaz de ofrecer en el nuevo puesto.
- Debe considerarse como un producto al que hay que poner precio, nombre y envase. Y hay que saber qué bondades se pueden destacar.
- Relacionado con esto, hay que tener en cuenta además que los reclutadores cada vez dedican menos tiempo a leer la vida laboral de los candidatos, por lo que resulta determinante saber venderse para llamar su atención.
Lo primero que hace falta es conocerse muy bien uno mismo; saber lo que se quiere y lo que la empresa necesita; dominar los cambios y nuevas tendencias del mercado laboral; y estar seguro de que las capacidades profesionales con las que se cuenta son las adecuadas. Sin olvidar una gran habilidad para sintetizar y comprender los valores de la compañía a la que aspira.
Además, hay que destacar las ventajas competitivas que nos diferencian del resto de candidatos, explicando cómo nos vamos a anticipar a las demandas del mercado.
Más que un resumen
La parte fundamental de nuestra hoja laboral no es por tanto la experiencia profesional que podemos contar. Lo que resulta determinante es que el currículo convenza a un posible reclutador de que tenemos el potencial y las capacidades necesarias y específicas para el puesto concreto que está buscando.
- Si usted está diseñando un currículo que le distinga y que sea eficaz ha de tener en cuenta que para los empleadores resultan cada vez más irrelevantes sus éxitos pasados y la forma tradicional en la que los vende. Recuerde que su historia anterior en otra empresa no suele repetirse en la nueva. Y los reclutadores lo saben.
- Hay que insistir en que su currículo no puede ser un resumen de las posiciones que ya ha ocupado ni un relato de sus títulos. Se trata más bien de ofrecer resultados. Su CV debe ser ante todo relevante. Revise sus referencias sobre determinadas experiencias que no aportan nada y, entre otras cosas, demuestran que usted no se enfoca hacia lo verdaderamente importante. Y peor aún: puede significar que usted no ha comprendido la oferta ni el puesto al que opta.
- Su trabajo como candidato es transmitir que usted es la persona correcta para el puesto. Debe informarse de la posición, cómo se trabaja en la compañía y qué tipo de organización es, porque el reclutador va a mirar si su perfil encaja en esa empresa.
- Antes que obsesionarse por la actualización de su currículo, piense en la personalización de éste, en adaptarlo a cada compañía, a cada oferta y a cada empleador.
El valor de los contactos
Tenga muy en cuenta el peso que tienen hoy las referencias. Si no construye un networking que le permita acceder a las ofertas de trabajo ocultas, estará en clara inferioridad para conseguir un puesto de trabajo, pues sólo un 20% de las ofertas de empleo se publican, y tendrá que diseñar su estrategia para adaptarse a este mercado oculto.
Nuevas fórmulas… ¿eficaces?
Que el currículo es necesario pero no suficiente para acceder a un puesto no es sólo una frase hecha. Cada vez más empresas buscan nuevas fórmulas para atraer a los candidatos adecuados, y suele decirse que en un mercado laboral vertiginoso y cambiante, la gente no sabe buscar empleo, a pesar de la inflación de plataformas, herramientas, modelos, portales y fórmulas que los candidatos tienen a su disposición.
Cabe preguntarse si todo esto aporta eficacia a las nuevas búsquedas. El pasado mes de abril McDonald’s lanzó en Australia ‘Snaplications’, una aplicación para buscar trabajo a través de la red social Snapchat que permite a los usuarios solicitar un empleo mediante el envío de un vídeo de 10 segundos a la cuenta de @Maccas (Maccas es el nombre en jerga que se usa en algunos países para denominar a McDonald’s).
También Havas confía en Snapchat para reclutar, pero además ha usado Twitter, Airbnb o incluso la serie ‘Juego de tronos’ para sus procesos de selección. Hay que tener en cuenta que también LinkedIn es ya habitual entre los reclutadores. Sin olvidar Facebook, que también se usa como canal para comunicar experiencia y talento.
A todas estas redes se une Instagram, que está considerada como la más transversal. No todos los jóvenes están en Facebook o Twitter, pero sí están en Instagram, por eso su valor radica en que aquí se puede encontrar gente de 12 a 80 años.
Diario Expansión de España
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