(Bloomberg).- Si no puedes vencerlos, únete a ellos. Tal es el mensaje de la compra de Onefinestay, un competidor caro de Airbnb, por parte de Accor.

Accor acordó este martes comprar la compañía, que permite a los dueños de viviendas alquilar su propiedad a huéspedes pagos, por 148 millones de euros (US$168 millones), e invertirá 64 millones de euros más para ampliar el servicio internacionalmente.

La movida se propone eludir la competencia de Airbnb –que ha inundado el mercado con más habitaciones- así como también el poder creciente de las agencias de reservas online, que exigen una parte de los ingresos a cambio de los anuncios en sus sitios.

Onefinestay, que ofrece departamentos en el distrito londinense de Shoreditch por 245 libras (US$ 348) la noche, ayudará al máximo responsable ejecutivo, Sebastien Bazin, a continuar ampliando cada vez más su empresa en el sector del lujo. Accor clasifica un 16 por ciento de sus habitaciones como lujosas y de alto nivel, y en diciembre, el hotelero acordó pagar US$ 2,900 millones por las cadenas Fairmont y Raffles.

Por el contrario, el acuerdo por Onefinestay es pequeño. El precio de compra equivale apenas a 4% de las ventas. (Accor no aportó informes financieros por Onefinestay). La compañía tiene alrededor de 2,600 propiedades disponibles. La cifra palidece al lado de las 511,000 habitaciones que tenía Accor al término del cuarto trimestre, según Bloomberg Intelligence.

Pero Bazin se está comprando una opción en la economía de consumo colaborativo.

En lugar de sumar otra cadena hotelera –y depender de economías de escala y reducción de costos- intenta superar a Airbnb en su propio juego en el sector del ocio sofisticado.

Esta parece ser una jugada inteligente. La capacidad alternativa en el mercado hotelero no desaparece: Airbnb tiene 36.000 anuncios solamente en Nueva York. Esto se compara con 105.000 habitaciones de hotel, según Bloomberg Intelligence. Airbnb se ha convertido en una fuerza enorme en el mercado de la hospitalidad, y de manera crucial, una vez que los consumidores y los propietarios se acostumbran a las plataformas de alojamiento, no vuelven a cambiar fácilmente.

Accor calcula que cada año los individuos adinerados gastan 32.000 millones de euros en viajes de ocio en las 40 ciudades más importantes del mundo. Si bien se alojan en los hoteles de Accor por negocios, podrían alojarse en una casa de lujo alquilada para sus vacaciones en familia o con amigos. Accor quiere asegurarse de captar también ese gasto en viajes de placer.

Naturalmente, existen riesgos, como por ejemplo garantizar que las propiedades de lujo se mantengan conforme los estándares más altos que esperan sus adinerados huéspedes. Pero Accor dice que Onefinestay elige cuidadosamente sus propiedades, aceptando una de cada 25 que le ofrecen. Más aún, sumar las residencias de Onefinestay a su red hotelera amplía el margen para lidiar con los problemas de mantenimiento.

También podría ser un momento oportuno para que los patrocinadores de Onefinestay se vayan. La demanda de habitaciones de hotel podría estar alcanzando un pico cíclico, y al igual que los operadores de hoteles tradicionales, también enfrenta la competencia de Airbnb y otras empresas emergentes llenas de energía. La dirección permanecerá después del acuerdo y, en un entorno más difícil, hay peores lugares para estar que Accor.