Bloomberg.- Para los operadores que invierten en una de las empresas más riesgosas del mundo, Simón Zerpa es un hombre importante que hay que conocer. Pero también es peligroso conocerlo.

Los banqueros de Wall Street se mantienen lejos del vicepresidente de finanzas de 33 años de edad de Petróleos de Venezuela, la petróleo estatal, después de que el gobierno de Donald Trump aplicó sanciones contra él y otros 12 ciudadanos venezolanos la semana pasada.

Los departamentos de cumplimiento de al menos dos de las principales firmas de inversión estadounidenses han prohibido las reuniones con Zerpa por temor a traspasar las directrices del Departamento del Tesoro, según personas familiarizadas con el asunto.

Dichos límites podrían limitar la capacidad de la compañía de negociar canjes de deuda con inversionistas, participar en negocios conjuntos o vender activos para aumentar el efectivo que se necesita desesperadamente.

Eso probablemente obligará al país a limitar aún más las importaciones de productos básicos que ya son escasas si quiere mantener el pago de la deuda, según Francisco Rodríguez, el economista jefe de Torino Capital.

“Lo que estas restricciones generan es menos acceso al financiamiento, mayores recortes a las importaciones y, por lo tanto, una recesión más profunda”, dijo Rodríguez.

Estima un superávit de cuenta corriente de Venezuela de US$ 6,000 millones en 2017, que es casi el total de las amortizaciones de deuda de la nación este año.

Las transacciones financieras con Venezuela han estado bajo la lupa desde que la rama de inversiones de Goldman Sachs Group compró cerca de US$ 3,000 millones en bonos de PDVSA en mayo, lo que llevó a una investigación de la legislatura controlada por la oposición y el desprecio de los grupos de derechos humanos.

Los críticos del gobierno del presidente Nicolás Maduro dicen que tales acuerdos de financiamiento están apoyando a un gobierno despótico que tiene la intención de fortalecer su control del poder. En los últimos meses, más de 100 personas han muerto mientras participaban en manifestaciones callejeras contra el régimen.

“Los titulares de PDVSA están sintiendo que las paredes se cierran alrededor de ellos”, dijo Ray Zucaro, director de inversiones de RVX Asset Management, con sede en Miami. “Con la alta dirección sancionada, efectivamente les pone un bozal”.

El caso de Zerpa es especialmente sensible después de que EE.UU. impuso multas a Exxon Mobil Corp por violar las sanciones relacionadas con Rusia.

El Departamento del Tesoro dijo el mes pasado que Exxon “demostró una indiferencia negligente por los requisitos de las sanciones de EE.UU.” al tratar con Igor Sechin, jefe de la petrolera rusa Rosneft, semanas después de que fue incluido en una lista negra.

Zerpa también ayudó a dirigir un préstamo de US$45.000 millones que Venezuela obtuvo de China para impulsar la producción de crudo y es presidente del banco de desarrollo de su país.

Este año trató de mejorar la comunicación con los inversionistas a través de conferencias telefónicas con invitación, una iniciativa que nunca llegó a buen término.

Algunos inversionistas dicen que PDVSA probablemente podría encontrar maneras de esquivar las sanciones y reunirse con los inversionistas, quizás reemplazando a Zerpa o tener otro acto oficial como representante de la compañía.

Pero la compañía aún puede ser demasiado tóxica para los funcionarios de cumplimiento, y también existe la posibilidad de que puedan surgir más restricciones.

“El nivel de vergüenza para cualquier institución con sede en Estados Unidos es mucho mayor que antes, y pronto puede ser ilegal tratar con el gobierno”, dijo Fernando Losada, economista de AllianceBernstein Holding, que negocia deuda venezolana.