Bloomberg (Mark Whitehouse).- Pese a todos sus esfuerzos, parece que la Reserva Federal no logra subir la inflación hasta su meta de 2%, situación que la presidenta Janet Yellen describió como un “misterio”.
Si ella busca pistas, quizás deba preguntarle al fundador de Amazon.com, Jeff Bezos.
Los economistas hablan cada vez más del “efecto Amazon”. La idea es que a medida que los minoristas online ganan participación de mercado, ellos presionan a las tiendas físicas para que mantengan bajos los precios. A su vez, eso podría estar impidiendo que la inflación vuelva a la normalidad.
Los últimos datos sobre inflación en Estados Unidos apoyan en parte esa idea. En septiembre, el índice de precios para materias primas que excluye los alimentos y la electricidad —una categoría que abarca indumentaria, bienes electrónicos y muchas otras cosas vendidas por los minoristas online— bajó 1% en relación al mismo período del año anterior.
El declive le recortó cerca de un cuarto de punto porcentual a la tasa de inflación “subyacente” más amplia, que quedó a solo 1.7%.
No siempre fue así. Durante gran parte del siglo XX, los precios de los bienes minoristas avanzaron más o menos en sincronía con todo lo demás.
Pero en los noventa, el auge de Walmart y las importaciones de China precipitó caídas abruptas de los precios, para beneficio de los consumidores estadounidenses y desgracia de los fabricantes.
La presión parecía estar aflojando tras la última recesión, pero estos últimos años regresó con el crecimiento de la venta minorista online.
Por cierto, quizás el efecto Amazon todavía no sea tan poderoso como fue el efecto Walmart. Por ejemplo, economistas de Goldman Sachs Group estiman que la presión del comercio minorista online podría estar restándole cerca de 0.1 punto porcentual a la medición de inflación favorita de la Fed, comparado con hasta 0.2 punto porcentual para los grandes minoristas de antes de 2008.
Con todo, si los funcionarios quieren resolver su misterio, es una tendencia que vale la pena vigilar.