Bloomberg.- Con la cancelación de un proyecto nuclear de miles de millones de dólares en Carolina del Sur, el destino del renacimiento nuclear de Estados Unidos ahora descansa en una eléctrica: Southern.
Scana abandonó el lunes los planes de dos reactores, lo que deja los dos que Southern está construyendo en la planta de Vogtle en Georgia como los únicos en Estados Unidos e incluso estos se encuentran bajo amenaza:
La empresa tuvo que quitarle la gestión del proyecto a su contratista en quiebra, Westinghouse Electric, y la planta sigue estando años retrasada además de superar por miles de millones su presupuesto. Ahora deben decidir si terminarlas.
Southern, que se retira, podría ser el clavo final en el ataúd para el tan esperado renacimiento nuclear estadounidense que no ha podido materializarse después del accidente nuclear de Fukushima en Japón.
En 2012, Southern y Scana se convirtieron en las primeras compañías en obtener la aprobación para construir reactores estadounidenses en más de 30 años, solo para encontrarse en medio de tiempos preocupantes para la industria.
Además de los contratiempos de la construcción y los costos crecientes, las plantas nucleares se tambalean bajo la intensa competencia del gas natural barato y las energías renovables que han impulsado a los estados liderados por Nueva York a ofrecer subsidios a los reactores existentes para mantenerlos abiertos.
“Pensé que Southern se retiraría”, dijo Kit Konolige, analista de Bloomberg Intelligence, desde Nueva York, por teléfono. El abandono del proyecto de Carolina del Sur aumenta las posibilidades de que eso suceda, ya que “no tiene mucho sentido seguir adelante”, agregó.
Sin los nuevos reactores, Scana podría tener que agregar generación después de 2019, dijo el CEO Kevin B. Marsh el lunes en una teleconferencia con los analistas. “Basados en lo que sabemos hoy, creemos que eso sería con generación a gas”, añadió.
Aunque Southern enfrenta muchos de los mismos desafíos que llevaron a Scana y Santee Cooper, la autoridad estatal de energía con una participación de 45 por ciento en el proyecto, a dejar de lado sus reactores, la compañía se apresuró a poner cierta distancia entre los dos.
“Los proyectos V.C. Summer y Vogtle son únicos y diferentes en muchos sentidos”, dado que se ha firmado un nuevo acuerdo de servicio que permite a la empresa asumir la gestión de los reactores, dijo Jacob Hawkins, portavoz de la división Georgia Power de Southern. Por el momento, el trabajo continúa en Vogtle y un análisis de costos está en marcha y se terminará el próximo mes, añadió.
El costo de completar Vogtle “puede no ser tan dramático como algunos temen”, escribió Jonathan Arnold, analista de Deutsche Bank AG, desde Nueva York, y elevó su calificación de Southern desde mantener a comprar.
Al eliminar el proyecto de Carolina del Sur, Santee Cooper dijo que un análisis demostró que la planta no estaría completa hasta 2024, cuatro años después de la meta más reciente proporcionada por Westinghouse, y terminaría costando a sus clientes un total de US$11.400 millones.