El Pacto Global de las Naciones Unidas ratificó la exclusión por completo de las empresas de tabaco como participes de las iniciativas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y Desarrollo Sostenible.
La medida tiene por objetivo seguir los lineamientos estipulados en el Convenio Marco Para el Control de Tabaco (CMCT) de la OMS, por lo que se hará efectiva a partir del 15 octubre del presente año.
Al respecto, la Comisión Nacional Permanente de Lucha Antitabáquica (Colat) señaló que la decisión del Pacto Global es un claro cuestionamiento a las prácticas que las compañías fabricantes de cigarrillos realizan para limpiar su imagen.
Pero ¿qué significa pertenecer al grupo de empresas que se acogen al Pacto Global de las Naciones Unidas?, pues estas empresas asumen públicamente el compromiso de incorporar en sus gestiones, iniciativas que impliquen responsabilidades en el respeto a los derechos humanos, la protección del ambiente, el desarrollo social, la salud pública, la promoción de transparencia y la lucha contra la corrupción.
“Cuando las empresas no asumen con seriedad estos compromisos, envían un mensaje mixto a la sociedad sobre el verdadero rol de las ‘prácticas responsables’. Lo cual afecta la legitimidad de estas iniciativas”, indicó la Colat.
Enfatizó que el mensaje del Pacto Global es claro e inequívoco: se muestra a las tabacaleras como una industria con prácticas reprochables.
“Esta exclusión es un fuerte mensaje para la comunidad empresarial acerca de las expectativas sobre su desempeño que conlleva ser miembro del Pacto Global”, subrayó.
Asimismo, con este anuncio las Naciones Unidas exhorta a los estados tomar precauciones frente a los conflictos de interés que las industrias puedan tener en contraposición con las metas de desarrollo de los países.
Por ello, la Colat solicitó al gobierno peruano estar atento, ya que vincular a las tabacaleras en programas relacionados con la agenda de desarrollo del Perú resultaría contraproducente.
Dio como ejemplo al caso Philip Morris International, el mayor fabricante de cigarrillos del mundo, que divulgó hace poco la creación de una Fundación para un Mundo Libre de Humo.
No obstante, la cantidad que la tabacalera gastaría en su nueva fundación es mínima en comparación con los US$ 75,000 millones en ingresos y más de US$ 17,000 millones en beneficios que la compañía reportó en 2016.
“Este tipo de compromisos no puede ser tomado en serio por ningún gobierno con metas de desarrollo claras. Ni la empresa privada, ni la sociedad civil deben creer en dicha propuesta, porque mientras Philip Morris continúe comercializando cigarrillos agresivamente y luchando contra las políticas aprobadas para reducir la epidemia del tabaquismo todo esfuerzo constituye una fachada para desviar la atención de sus prácticas de mercadeo y del daño que sus productos causan a la salud pública”, enfatizó la Colat.