Bloomberg.- Los riesgos relacionados con el adelanto que le dio Rosneft PJSC a la compañía petrolera de Venezuela por un monto de US$6.000 millones a cambio de futuros envíos de crudo se han profundizado luego de que el país latinoamericano anunció planes de reestructurar su deuda.
El presidente venezolano Nicolás Maduro dijo el jueves que buscaría reestructurar deuda soberana, pero su gobierno transferirá de todos modos US$1.100 millones por pago de capital de bonos de Petróleo de Venezuela SA, la compañía petrolera estatal. Si bien eso significa que podría no haber un impacto inmediato en la obligación de PDVSA de reembolsar a Rosneft con envíos de petróleo, la decisión hace crecer las dudas respecto del acuerdo, dijo Alexander Burgansky, un analista de petróleo de Renaissance Capital.
“A Rosneft podría resultarle cada vez más difícil recuperar esos fondos en caso de un default de Venezuela”, dijo Burgansky por correo electrónico. “Es por eso que en nuestro modelo de valuación de Rosneft ya hemos descontado esos montos”.
Otros analistas consideran que hay menor riesgo de que surja una disputa económica entre dos países que han desarrollado una importante alianza política. PDVSA hallará la forma de seguir pagándole a Rosneft, dijeron Andrey Polischuk, de Raiffeisen Centrobank AG, y Artem Konchin, de Otkritie Capital.
Apoyo ruso
Mientras otros socios internacionales de Venezuela, entre ellos compañías de China e India, han evitado en los últimos tiempos involucrarse en nuevos préstamos, Moscú ha adoptado una actitud más amistosa. El país sudamericano produce alrededor de la mitad de petróleo que Rosneft, pese a lo cual se ha convertido en el mayor destino de la compañía rusa en cuanto a inversión extranjera en exploración y producción. Al pagar adelantado por las entregas de crudo, ha proporcionado fondos cruciales en medio de una crisis económica.
Rosneft y Venezuela encontrarán una solución amistosa, dijo Konchin. “En la etapa actual no hacemos descuento alguno por los pagos anticipados” porque PDVSA está en condiciones de cumplir con sus obligaciones con Rosneft, dijo Polischuk.
El interés de Rosneft por una mayor exposición económica a Venezuela, sin embargo, ha declinado y la compañía ha dicho que no planea nuevos pagos anticipados de suministros de crudo. El ministro de Petróleo de Venezuela, Eulogio del Pino, reiteró que las partes no estaban negociando ningún prepago adicional en el marco de una visita que Maduro hizo el mes pasado al presidente ruso Vladimir Putin.
El servicio de prensa de Rosneft no contestó de inmediato un pedido de declaraciones del viernes. El vicepresidente primero de la compañía, Pavel Fedorov, dijo en agosto que confiaba plenamente en que recibiría los envíos de petróleo acordados.
Como garantía de US$1.500 millones de préstamos pendientes, PDVSA ofreció a Rosneft una participación de 49,9 por ciento en Citgo, su subsidiaria de comercialización y refinado en los Estados Unidos. En el caso de un default, la toma de posesión de esa garantía enfrentaría grandes obstáculos políticos. En septiembre, los senadores Bob Menendez y Marco Rubio enviaron una carta al secretario del Tesoro estadounidense, Steve Mnuchin, en la que buscaban garantías de que Rosneft no obtendría la participación en la refinería.