Nancy Portugal
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Recuperar el ornato de la Plaza Dos de Mayo, en coordinación previa con los propietarios, parece ser todo lo que la Municipalidad Metropolitana de Lima puede hacer por el monumento histórico.

Augusto Ortiz de Zevallos, arquitecto que asesoró el proyecto de remodelación de la zona, afirma que “recuperar el inmueble (compuesto por ocho edificios) resulta inmanejable. Como pertenece a privados y no es público, no se puede levantar verdaderamente”.

En 1924, durante el gobierno de Augusto Leguía, Víctor Larco Herrera entregó los ocho edificios de la plaza. Detrás de los letreros de comercios y de las cenizas que dejó el siniestro, las edificaciones emulan el estilo parisino de la época.

Por dentro, según Ortiz de Zevallos, se encuentran subdivididos de modo tal que existen numerosos propietarios de pequeños fragmentos.

Marco Antonio Zevallos, gerente del Ambiente de la Municipalidad de Lima, concuerda y explica que los primeros pisos de los edificios se usan como negocios, los segundos y terceros pisos son viviendas, y los espacios más altos se emplean como almacenes que abastecen a las principales zonas comerciales del Centro de Lima. Estos no siempre son lícitos.

Cada edificio es habitado por un promedio de 35 familias. La mayoría de domicilios son ocupados por personas mayores, que promedian los 60 años, y cuyos ingresos mensuales no superan el salario mínimo.