Cuando se produce una catástrofe natural o un desastre causado por el hombre, los daños físicos suelen ser devastadores para las empresas. Además, la interrupción del negocio (BI por sus siglas en inglés) conlleva una repercusión económica menos obvia que suele ser mucho más alta que el daño material y entraña un riesgo creciente para las empresas, al trabajar en un mundo cada vez más interconectado.

De acuerdo con el estudio mundial de siniestralidad de Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS) en 2015, el costo promedio de los grandes siniestros de interrupción del negocio en patrimonio excede actualmente los 2 millones de euros.

De más de 1.800 siniestros de BI en 68 países en el periodo de 2010 a 2014, cuyo importe total asciende a 3.000 millones de euros. Los siniestros de BI suponen actualmente una proporción mucho mayor del lucro cesante que hace 10 años. La intensidad como la frecuencia de los siniestros de BI están creciendo, causados en su mayoría por errores humanos o fallos técnicos.

“En el pasado un incendio o una explosión importantes habrían afectado solo a una o dos empresas, hoy en día el Lucro Cesante derivado de un solo siniestro de daños materiales puede afectar a un número cada vez mayor de ellas e incluso puede amenazar a sectores enteros en todo el mundo”, señala Chris Fischer Hirs, Consejero Delegado de AGCS.

Según el análisis de AGCS, la mayoría de los siniestros de BI se originan por factores técnicos o humanos (88% de BI) y no por catástrofes naturales. Por valor, las diez causas principales de lucro cesante suponen el 90% a siniestros, donde incendios y explosiones son las primeras causas de BI y suponen el 59% de todos los siniestros de BI a escala global, el 78% en Europa y el 56% en España. El costo promedio por siniestro, entre los analizados, causados por incendio o explosión fue de 1,7 millones de euros para la indemnización de BI.