Bloomberg.- Los multimillonarios brasileños se están comprando activos unos a otros. Como, por ejemplo, sandalias.
La ignota Cambuhy Investimentos Ltda. compró este mes el fabricante de las sandalias Havaianas a J&F Investimentos SA. La administradora de dinero boutique pertenece a Pedro Moreira Salles, copresidente del directorio de Itaú, y a Marcelo Medeiros, exsocio de Banco Garantia.
Es la transacción más reciente —y sin duda no la última— en un toma y daca entre algunas de las personas más ricas del país. Así, una de las marcas más icónicas de Brasil quedó en manos de dos bastiones de multimillonarios, Cambuhy y Brasil Warrant, por 3,500 millones de reales (US$ 1,100 millones).
La historia con los “Brasillonarios” es así: Cambuhy cuenta con la participación de la familia Moreira Salles, mencionada anteriormente, mientras que Brasil Warrant es controlada por Itaúsa: Investimentos Itaú SA, financiada por la familia Setubal.
El clan Moreira Salles, cuya fortuna total asciende a unos US$ 21,000 millones, y los Setubal controlan juntos Itaú, el banco más grande de América Latina según su valor de mercado.
La transacción pone fin a un período de casi dos años donde Havaianas fue controlada por J&F Investimentos, que es, claro, la sociedad controlante de los asediados hermanos multimillonarios Wesley y Joesley Batista, quienes vendieron su participación en el fabricante de sandalias para pagar acuerdos judiciales.
¿Por qué gastar en sandalias? No se trata de cualquier chancleta. Havaianas es líder en la jerarquía global de ese producto; las usan nombres como Kim Kardashian y Gwyneth Paltrow y las versiones más exclusivas vienen con incrustaciones de cristales Swarovski y se venden a US$ 70 en Saks Fifth Avenue.
“Havaianas es una marca que viaja bien, muy atractiva tanto en el mercado local como en el exterior”, observó Marcelo Medeiros, de Cambuhy, desde su oficina en Sao Paulo.
El calzado no es el primer activo rescatado de la montaña de corporaciones de multimillonarios brasileños en problemas, y tal vez no sea el último.
Oportunidades
Esta no es la primera vez que Cambuhy compra los activos de otros multimillonarios. El otrora hombre más rico de Brasil, Eike Batista, últimamente preso y sin parentesco con los hermanos de J&F, les dio una oportunidad antes.
Hace cuatro años, horas antes de solicitar protección contra quiebra, Parnaíba Gás Natural (por entonces conocida como OGX Petróleo e Gás Participações SA), la empresa de crudo de Eike Batista, acordó vender su único activo productivo a Cambuhy y la alemana EON SE por US$154 millones.
El valor fue inferior a los US$ 173 millones que según afirmó la empresa en un documento esperaba obtener vendiéndole la unidad a Eneva SA.
Años después, Cambuhy preparó la fusión entre Parnaíba Gás Natural y Eneva, una productora de energía, y hoy es el segundo inversor más grande de la entidad fusionada, con una participación de 25.7%.
Eneva proyectaría recibir 1,500 millones de reales de otra oferta este año, informó Valor Econômico el 26 de julio, citando a personas al tanto del tema.
Según Medeiros, el mandato de Cambuhy siempre fue tener algunas buenas oportunidades y no exagerar. Una de las ventajas de la empresa es que todo su dinero proviene de sus socios, por lo tanto no tiene plazos para brindar retornos a sus inversores.
“Podríamos seguir invirtiendo en nuestros activos durante décadas”, dijo Medeiros, aunque agregó que esto no significa que vaya a ser así.