Brasilia. La destituida mandataria de izquierda Dilma Rousseff dejó hoy por última vez la residencia presidencial de Brasilia y se aprestaba a embarcar hacia Porto Alegre, en un viaje que simboliza el fin de una era en Brasil. Seis días después de ser destituida por el Senado, bajo el sol incandescente del Distrito Federal, Rousseff, de 68 años, abandonó hacia las 15H30 locales (18H30 GMT) el Palacio de Alvorada, rodeada de un centenar de militantes y de varios exministros y legisladores. Rousseff descendió de su vehículo y pisó el asfalto regado de pétalos rojos y amarillos en la entrada del predio para saludar a sus partidarios. Allí, detrás de unas gafas de sol, recibió besos, globos en forma de corazón y rosas. Su gesto fue acompañado por lágrimas y uno de los gritos más usados durante los agitados últimos días de su presidencia: "Dilma, guerrera de la patria brasileña". (Foto: AFP)