La manifestación de más de un centenar de trabajadores de los servicios de emergencia en Brasil, incluyendo bomberos, se produjo en la zona de llegadas del Aeropuerto Internacional de Galeao.

Originalmente se esperaba que los primeros Juegos Olímpicos en América del Sur sirvan para mostrar el ascenso de Brasil, pero se celebrarán en medio de una fuerte agitación política, una dura recesión económica y la preocupación sobre el brote del virus de zika.

El inconveniente renueva las preocupaciones sobre la calidad de los proyectos que se desarrollaron en torno a los Juegos Olímpicos de Río, en base a cronogramas muy ajustados y en medio de una profunda recesión de Brasil.

Pasar una noche en Brasil entre el 5 y 21 de agosto se incrementó en hasta 212%.

La baja demanda por estas entradas tendría directa relación con que muchos turistas han optado por asistir a la Copa América Centenario.

El presidente del COI, Thomas Bach, adelantó que “esperan colaborar con el nuevo gobierno” de Brasil.

Muchas empresas brasileñas se han encontrado con problemas en tanto el país lucha con la calificación soberana degradada a basura por parte de Standard Poor ‘s en medio de su peor crisis económica en un siglo.

Brasil espera que más de 300 mil extranjeros visiten el país durante la competición, aunque la mayoría de ellas permanecerán en Río de Janeiro, señaló Vinicius Lummertz, presidente de Embratur.

A pesar de que el COI no revela los detalles de sus contrato de patrocinio, los acuerdos con sus principales patrocinadores generan un estimado de US$ 100 millones de dólares por cuatrienio.

El presupuesto inicial para organizar las Olimpiadas del 2016 fue de US$ 2,800 millones, pero ahora se prevé que alcance los 4,000 millones. Aún faltaría dinero pese a que ya superaron los US$ 1,200 millones en auspicios.

La red social se encuentra trabajando para monetizar los dos eventos deportivos, que se realizarán en el 2014 y 2016, respectivamente. Atención mundial debería de atraer inversiones al país sudamericano.