Control digital de la iluminación y hasta prevención de desastres naturales son elementos de una ciudad inteligente. La capital aún está lejos de esa meta.

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Si Lima quiere convertirse en una ciudad inteligente, debe preocuparse, más allá de los recursos, en las capacidades del gestor público. Transporte, seguridad ciudadana y gestión de programas sociales son los sectores que debemos manejarlos de manera más “inteligente”.