PRODUCE. El congresista oficialista y empresario vitivinícola Pedro Olaechea ha asumido el Ministerio de la Producción (Produce) en una coyuntura política complicada para el Gobierno. Sin embargo, este cambio, que fue generado por la urgencia, podría convertirse en la principal ventaja del flamante miembro del Gabinete: no tendrá que trazar ninguna política nueva, sino continuar lo que ya se estaba haciendo bien y retomar lo que se había dejado de hacer.
Consideramos que lo principal será proseguir con la agenda de simplificación de trámites administrativos, sobre todo para las empresas medianas, pequeñas y micro, y reforzar la promoción de la innovación, pues ambos aspectos son piezas clave para mejorar la competitividad de la manufactura. Este sector ha sido fuertemente golpeado por el enfriamiento de la economía y lleva tres años languideciendo, de modo que es positivo que se construyan fundamentos más sólidos para reforzar su sostenibilidad de largo plazo.
El Produce también ha logrado avances en la normativa para la pesca artesanal, desde el impulso de la formalización hasta la modernización de embarcaderos, así que debe seguirse en esa línea. El ministro Olaechea tiene una tarea prioritaria: lograr que el Congreso debata y apruebe el seguro para los pescadores artesanales, un proyecto de ley que fue presentado en marzo de este año. También tendrá que impulsar el debate del paquete de iniciativas para promover las compras estatales a micro y pequeñas empresas, que el Produce envió al Legislativo hace un par de semanas.
Entre las acciones que merecen ser retomadas, figura la facilitación de la diversificación productiva, que se inició en el anterior Gobierno con un plan que había logrado avances en acuicultura y forestería. Si bien para el flamante ministro el plan, como estaba diseñado, ya no sirve, sí coincide en la necesidad de apoyar los centros de innovación productiva y transferencia tecnológica (CITE) que están dando valor y acompañar a todas las industrias que vienen creciendo y necesitan apoyo.
Por último, Olaechea podrá aprovechar su experiencia empresarial para reactivar la promoción del pisco, tanto fuera como dentro del país. Es perentorio diseñar una campaña de reposicionamiento internacional y, al mismo tiempo, impulsar la producción artesanal, sobre todo en las zonas pisqueras con poca participación de mercado (ubicadas en Arequipa, Cañete, Moquegua y Tacna).