Editorial de Gestión: El corredor despistado

¿Tendrá éxito el corredor azul? Sinceramente, esperamos que sí. La reforma del transporte público de Lima ya no puede esperar más –llevamos tres décadas sumidos en el caos– y todo el sistema de los corredores complementarios posee un sustento técnico y normativo que tiene que respetarse y fortalecerse.

REFORMA DEL TRANSPORTE. El gobierno municipal de Lima ha demostrado su compromiso por modernizar el transporte público de la ciudad. Pero también ha pecado de ingenuo, pues creyó que con la información que difundió y las conferencias de prensa que organizó era suficiente para que la población se identificase con sus proyectos. Su candor también se puso de manifiesto al enfrentar a sus detractores, que han estado al acecho de cualquier error para desplegar su artillería pesada.

Es que en política los argumentos técnicos no bastan por más elaborados que estén, y los colaboradores de la alcaldesa Susana Villarán –los nuevos y los revocados– deben haber aprendido que el bagaje académico no sirve de mucho cuando hay que sacar las garras para defenderse. Otro grave error fue que el municipio no se aplicó en conseguir aliados; el público no hace más que criticar y enfadarse cuando lo ideal hubiese sido que saliera aplaudiendo de los ‘flamantes’ buses del Corredor Azul.

Así las cosas, el primero de los corredores complementarios del Metropolitano transita por un periodo de prueba que no deja contento a nadie –excepto a los rivales electorales de Villarán–. Es que aunque ella y su equipo de campaña lo nieguen, fue puesto en marcha con la mente en los votos y, como el tiempo apremiaba, la improvisación se adueñó de la situación. En vista de que la memoria colectiva prefiere lo malo y ya hubo metidas de pata similares, las encuestas le son desfavorables.

¿Tendrá éxito el proyecto? Sinceramente, esperamos que sí. La reforma del transporte público de Lima ya no puede esperar más –llevamos tres décadas sumidos en el caos– y todo el sistema de los corredores complementarios posee un sustento técnico y normativo que tiene que respetarse y fortalecerse. Por ejemplo, las combis desaparecerán de las principales vías capitalinas, los choferes de las empresas concesionarias recibirán todos los beneficios de ley y, lo más interesante, habrá paraderos.

La gente tendrá que acostumbrarse a caminar. Incluso los chalacos, pues tarde o temprano el Callao se verá obligado a unirse a la modernidad.

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