GASTO PÚBLICO. Mientras el norte del país espera el inicio de la reconstrucción con cambios, lo que parece no haber cambiado mucho es la manera en que los ministerios ejecutan el presupuesto que tienen asignado. El Gobierno está repitiendo la mala costumbre de sus antecesores de incumplir sus cronogramas de gastos, y en un contexto de enfriamiento de la economía, como el actual, esos retrasos pueden haber empeorado la situación, ya que una posición fiscal expansiva hubiese estimulado la alicaída demanda agregada.
En el primer semestre y de acuerdo con información del MEF, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones solo ejecutó el 26% de su presupuesto, seguido de Producción (26.8%) y Agricultura (30.9%). Otros que están en falta y manejan montos considerables son Educación, Desarrollo e Inclusión Social, el propio MEF, Salud e Interior. De hecho, solo cuatro registraron una ejecución superior al 45%, que es el porcentaje que, en promedio, se suele gastar en la primera mitad del año.
Sin embargo, hay que acotar que el monto ejecutado no necesariamente significa que el gasto se haya traducido en obras. En el caso del Ministerio de Vivienda, por ejemplo, casi la totalidad de lo registrado como desembolsos correspondió a transferencias a los gobiernos regionales y locales, los cuales tienen un historial de incumplimientos mucho más pronunciado que el de los ministerios. En suma, es probable que buena parte de ese dinero continúe depositada en el Banco de la Nación.
Es cierto que algunos retrasos se explican por la presencia de El Niño costero durante el verano, estación en la que tampoco se puede realizar ciertas obras en partes de la sierra y la selva, los datos del MEF cubren todo el primer semestre y no solamente el periodo estival. Es más, dado que el fenómeno climatológico causó tantos destrozos, lo que se podría haber esperado es que algunos de los ministerios mencionados hubiesen gastado más de lo que tenían presupuestado para cubrir las urgencias de rehabilitación de infraestructura (salud, educación, transporte, vivienda, etcétera).
Otra característica del gasto de los ministerios es la disparidad en el cumplimiento: mientras unos muestran avances que bordean la mitad de lo presupuestado, otros no llegan ni a la tercera parte. Similar es el caso en más de un gobierno regional, aunque no tanto en el caso de las municipalidades. Entretanto, continúan los anuncios de millonarias inversiones en obras que, hasta ahora, no se materializan. La economía no saldrá de su desaceleración con palabras.