AFP .- La inusual visita del presidente Donald Trump al Congreso para tender puentes con su partido derivó el martes en un estallido en su contra, con un senador republicano que lo acusó de “degradar” a la nación y otro que lo consideró “peligroso para la democracia”.
La jornada debía estar marcada por la reunión de Trump con la bancada de la mayoría republicana en el Senado: el presidente iba al Capitolio por primera vez desde que asumió el cargo en busca de apoyo para aprobar antes de fin de año su reforma tributaria, que incluye recortes para corporaciones e individuos.
Pero desde temprano, la atención se centró en un agrio intercambio del mandatario con el prominente senador Bob Corker, quien en respuesta a ataques de Trump en Twitter dijo que el presidente no es “digno de confianza” y “degrada” al país.
Y más tarde, como si esta batalla verbal en tiempo real en la televisión y en las redes sociales no fuera suficiente, otro destacado senador republicano, Jeff Flake, anunció para estupor de todos que no buscaría la reelección en las legislativas de noviembre del 2018, adjudicando su decisión a la política en la era Trump.
“No seré cómplice”
“Debemos dejar de pretender que la degradación de la política y la conducta de algunos en nuestro poder ejecutivo son normales. No son normales”, dijo Flake, en un solemne discurso de 17 minutos desde el hemiciclo del Senado en el que muchas veces se le quebró la voz.
“El comportamiento imprudente, escandaloso e indigno se excusa diciendo que es así cuando en realidad simplemente es imprudente, escandaloso e indigno. Cuando ese comportamiento emana de la cúspide de nuestro gobierno, es otra cosa. Es peligroso para una democracia”, señaló.
El senador de Arizona, un conservador pragmático a favor de la inmigración y apegado al liberalismo económico, cuestionó a sus colegas republicanos por permanecer “en silencio mientras se socavan las normas y los valores que mantienen fuerte a Estados Unidos”.
“La política puede hacernos callar cuando debemos hablar y el silencio puede ser igual a la complicidad”, manifestó.
“Tengo hijos y nietos a quienes dar explicaciones. Por lo tanto, señor presidente, no seré cómplice ni permaneceré callado. Estoy anunciando hoy que mi servicio en el Senado concluirá al final de mi mandato a principios de enero del 2019”, dijo.
“Faltas a la verdad”
Corker, el influyente presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y abierto crítico de Trump a pesar de haberlo apoyado durante la campaña electoral, ya anunció que no se postularía a la relección.
El senador por Tennessee, que semanas atrás acusó a Trump de ser peligrosamente impulsivo y calificó a la Casa Blanca de “guardería para adultos”, pareció enojarlo más este martes cuando le dijo a ABC que le gustaría que Trump se mantuviera al margen del debate sobre la legislación fiscal.
“Bob Corker, quien ayudó al presidente Obama a darnos el mal acuerdo (nuclear) con Irán y no podría ser electo ni perrero en Tennessee, ahora está luchando contra los recortes de impuestos”, tuiteó Trump.
“Las mismas mentiras de un presidente absolutamente mentiroso”, replicó Corker. “No sé por qué se rebaja a un nivel tan bajo, bajo, y degrada a nuestro país de la forma en que lo hace, pero lo hace”, agregó.
Trump, que ya había atacado a Flake, tachándolo de “débil” e “ineficaz”, se burló de Corker, tildándolo de “peso pluma” e “incompetente”.
Apoyo al presidente
Desde la Casa Blanca, la vocera Sarah Huckabee Sanders dijo que los votantes en Arizona y Tennessee probablemente no habrían apoyado a Flake o a Corker el próximo año si se hubieran postulado.
“Creo que no era probable que fueran reelectos, y creo que eso demuestra que el apoyo está más detrás de este presidente que de esos dos individuos”, afirmó.
La explosión de Flake y Corker hizo evidentes las agudas tensiones entre Trump y algunos republicanos en el Capitolio, donde el presidente aún no ha tenido una victoria legislativa importante.
Otro icónico republicano en el Senado, John McCain, un héroe de guerra y excandidato presidencial diagnosticado con cáncer cerebral en julio, elogió el martes a Flake por su “honor”, “brillantez” y “patriotismo”.
Y aunque no nombró al mandatario por su nombre, el expresidente George W. Bush dijo la semana pasada que “el fanatismo parece envalentonado” en la era Trump.