(AFP) La renovación de autoridades electorales se convirtió en el nuevo episodio de la lucha de poderes en Venezuela: mientras el Tribunal Supremo ratificó y juramentó el miércoles a dos rectoras, el Parlamento -de mayoría opositora- inició la discusión para hacer su propia designación.

Las rectoras Socorro Hernández y Tania D’Amelio, cuyos mandatos vencían y a las que la oposición acusa de servir al chavismo, fueron ratificadas en sus puestos por la máxima instancia de justicia después de que, el martes, el Parlamento desobedeciera la prohibición del alto tribunal de reanudar el juicio sobre la “responsabilidad política” del presidente Nicolás Maduro en la grave crisis del país.

“Tras un estudio minucioso la sala decidió tomar la medida necesaria para suplir la omisión en la que había incurrido la Asamblea Nacional” -que es la encargada de la decisión- pero está “imposibilitada” de designar a los rectores por estar “en desacato”, dijo la presidenta del tribunal, Gladys Gutiérrez, en el acto de juramentación.

Posteriormente, tal y como estaba previsto en la agenda, el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup, anunció que el Legislativo se declaraba en sesión permanente para discutir la designación de las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE), en el que sólo uno de sus cinco rectores es afín a la oposición.

“El mandato de la Asamblea es claro, es la Asamblea la que debe designar a los rectores”, afirmó el diputado opositor Juan Guaidó al inicio del debate, al que no asistió la bancada oficialista, y que continuará el jueves.

Ramos Allup enfatizó a sus colegas la importancia de esa discusión, advirtiéndoles sobre eventuales decisiones del Supremo contra sus filas.

“Mañana (jueves) es un día muy importante. Vamos a tomar una decisión de muchísima trascendencia. Hemos tenido informes de que desde ese antro infame que es la Sala Constitucional se pudieran producir decisiones como el allanamiento de facto de la inmunidad parlamentaria del diputado Freddy Guevara y de quien aquí les habla”, denunció.

¿Doble designación?
La posibilidad de una doble designación de rectores constata la compleja crisis política desde que la oposición ganó las elecciones parlamentarias hace un año y tomó el control de la Asamblea Nacional.

Aunque la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tenía la esperanza de ejercer su contrapoder frente al gobierno de Nicolás Maduro, las acciones del Legislativo quedaron prácticamente en papel mojado después de que el TSJ lo considerara en “desacato”, poco después de tomar funciones en enero.

La juramentación de tres diputados del estado indígena de Amazonas, cuya elección fue suspendida por el Alto Tribunal por un supuesto fraude denunciado por el oficialismo, fue el motivo de esa declaración.

Esos tres diputados completaban la poderosa mayoría calificada de 112 legisladores (dos terceras partes) opositores necesaria para designar a los rectores.

Esos parlamentarios pidieron su desvinculación el pasado 15 de noviembre como parte de los acuerdos del congelado diálogo del gobierno y la oposición, que inició a finales de octubre, a instancias de El Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), tras la suspensión del referendo revocatorio contra Maduro.

Pero el Tribunal Supremo considera que su salida tenía que ser votada por el pleno de la Asamblea para levantar la situación de “desacato”.

Sin embargo, la oposición argumenta que al haber desincorporado a esos legisladores, las dos terceras partes para nombrar a los rectores pasan a ser 109 parlamentarios.

Interrogantes
Se lleve adelante o no esa votación el jueves, la descarnada guerra de poderes en Venezuela abre muchas interrogantes.

“El mensaje es que el Supremo es una voz del Ejecutivo que funciona al margen de sus propias leyes y sustituye a la Asamblea. El gobierno se aferra al poder que tiene, sin ninguna lógica”, dijo a la AFP la analista Colette Capriles.

Sin embargo, “es interesante que el gobierno no ha abandonado la Asamblea. Su presencia la valida políticamente”, agregó.

Tras la suspensión del referendo revocatorio de Maduro y cuestionada por su participación en el diálogo, la oposición venezolana está maniatada.

Sin lograr consensuar con el oficialismo una salida electoral a la crisis, el sociólogo político Francisco Coello cree que lo que le queda a la MUD es redoblar su “capacidad organizativa y política para responder a través de los medios de comunicación y a través de manifestaciones de calle”.

Mientras la actualidad política sacaba humo, Maduro se encontraba en Cuba para celebrar el aniversario de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).