Cali (AFP).- Las exequias de Ismael Arciniégas, el primer ciudadano de Colombia ejecutado bajo el cargo de narcotráfico en China, dieron lugar a un pedido colectivo de repatriación de sus connacionales condenados a muerte en la nación asiática.
Con las cenizas de Arciniégas entre sus brazos, su hijo Juan José renovó el pedido de clemencia formulado por familiares de otros reos.
“No pedimos indulto, no pedimos libertad, sólo pedimos que sean repatriados a las cárceles de este país donde puedan pagar justas penas por el error que han cometido”, indicó.
Ismael Arciniégas, de 74 años, murió a finales de febrero pese a las gestiones diplomáticas realizadas por Bogotá para tratar de frenar su ejecución.
Estaba detenido en China desde 2010 cuando reconoció que llevaba consigo casi cuatro kilos de droga.
En China hay actualmente cinco colombianos condenados a muerte por tráfico de estupefacientes, 10 a pena de muerte con suspensión por dos años, y 15 a cadena perpetua, según la cancillería.
Colombia es el principal cultivador mundial de hoja de coca, materia prima de la cocaína, con 96,000 hectáreas de sembradíos, y también el mayor productor de esa droga con 646 toneladas en 2015, según la ONU.