AFP.- Los republicanos del Senado de EE.UU. buscan alternativas a su propuesta de reforma sanitaria para sustituir el llamado Obamacare ante las dudas de poder lograr suficientes apoyos, una postura ante la que los demócratas han tendido su mano, mientras el presidente, Donald Trump, presiona para que haya un acuerdo.
Los legisladores republicanos están fuertemente divididos sobre la estrategia a seguir, por un lado aquellos que quieren trabajar con la oposición para lograr un punto en común sobre la nueva ley sanitaria, y por otro, los más radicales, que simplemente quieren aprobar una derogación de Obamacare y que se discuta su sustitución más tarde.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha insinuado en los últimos días que su partido podría trabajar con los demócratas para estabilizar los mercados de Obamacare si la ley de revocación falla, algo que el liderazgo demócrata ha visto hoy con buenos ojos.
En una misiva a McConnell, los demócratas de más alto rango de la Cámara Alta aplaudieron su intención de trabajar con ellos para estabilizar los precios de los seguros médicos, y le urgieron a adoptar esa postura lo antes posible.
En la carta, los líderes demócratas del Senado recuerdan una serie de propuestas de su partido a tal fin, así como otras que cubren algunas de las críticas republicanas más acuciantes al actual sistema sanitario, como el hecho de que algunos estados no tengan varias alternativas de seguros que ofrecer a sus ciudadanos.
El senador republicano por Texas John Cornyn indicó hoy que su bancada pretende lanzar un nuevo borrador de su proyecto de ley para derogar y reemplazar el actual sistema a lo largo de esta semana, para poder someterlo a votación la semana próxima.
“Estamos tratando de tener una buena idea de cuáles son las alternativas, y espero que la próxima semana estemos preparados para tomar el proyecto de ley y votar sobre él”, dijo Cornyn.
Sin embargo, las presiones por parte de Trump sobre los republicanos del Senado siguen en aumento, lo que ha planteado la posibilidad de los congresistas suspendan su receso de verano este agosto para lograr ponerse de acuerdo sobre el asunto.
“¡No puedo imaginarme que el Congreso se atreva a dejar Washington sin un hermoso proyecto de ley sanitario totalmente aprobado y listo!”, dijo hoy a través de su cuenta de Twitter el mandatario, quien es el máximo interesado en cumplir su promesa de campaña de acabar con el Obamacare.
No obstante, en este sentido, Cornyn descartó de momento la opción de que los legisladores pierdan sus vacaciones estivales.
Los republicanos tienen una ajustada mayoría en el Senado, por lo que en el mejor de los casos necesitarían del apoyo de varios demócratas, hasta un mínimo de ocho, para lograr avanzar la legislación.
Pero el mayor obstáculo está dentro de su propia bancada, con una fuerte división entre senadores ultraconservadores como Ted Cruz y Rand Paul, que quieren una derogación completa del actual sistema; y los más moderados, en cuyos estados el Obamacare ha tenido un impacto positivo entre las personas de más bajos recursos, por lo que no quieren restringir su acceso sanitario.
El último proyecto de ley de salud planteado en el Senado provocaría que unos 22 millones de personas perdieran la cobertura médica antes de 2026, entre ellos 6 millones de hispanos, según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), un organismo independiente dentro del Legislativo.
Aunque aún se desconoce el informe de la CBO de este último borrador legislativo que esperan presentar esta semana, es difícil que aumente la cobertura médica de los ciudadanos dados los planteamientos de los conservadores.