AFP.- Una avioneta presumiblemente con droga surca el cielo de la Amazonía. En la frontera tripartita Perú-Colombia-Brasil, los radares saltan. Aviones militares despegan para obligarla a aterrizar. Se trata de un ejercicio conjunto, para cerrarle el cerco al narcotráfico.
“El objetivo es tener todos nuestros protocolos (listos) para que en circunstancias reales de interdicción, sobre todo de naves dedicadas principalmente al narcotráfico, nuestras tres fuerzas aéreas puedan desarrollar su trabajo con mucha eficacia”, dijo a la prensa el ministro de Defensa de Perú, Jorge Nieto, en la amazónica ciudad de Iquitos, donde se centraron las operaciones peruanas.
Según las autoridades, la triple frontera se ha convertido en una atractiva ruta aérea del narcotráfico, luego de que Perú ahuyentara los vuelos que ocurrían más al sur, en la frontera con Bolivia, tras instalar radares y autorizar a sus naves militares incluso a derribar a los intrusos como último recurso.
“Estamos viendo que ha disminuido (el ingreso de aeronaves del narcotráfico) por el lado de Bolivia hacia al Perú y se ha trasladado hacia el norte el flujo de aeronaves ilícitas”, comentó el comandante general de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), Javier Ramírez.
Según la ONU, Colombia y Perú son los mayores productores mundiales de hoja de coca, insumo clave para la cocaína. Las autoridades peruanas reconocen una producción potencial de hasta 400 toneladas anuales de cocaína, e identifican a Brasil como el mayor consumidor de esta droga en el continente, y segundo en el mundo, después de Estados Unidos.
En el ejercicio denominado “Amazonas I” que arrancó el 19 lunes y culmina este jueves, se utilizan radares y aeronaves de vigilancia y control dentro de la región amazónica, para detener, identificar, interceptar y hacer descender aeronaves sospechosas de actividades ilegales, abarcando las ciudades fronterizas de Iquitos (Perú), Tabatinga (Brasil) y Leticia (Colombia).
En este ejercicio, la nave sospechosa llegó desde Brasil, y fue interceptada por aviones de la FAP. – “Es fácil venir y sacar droga” – “Perú, Colombia y Brasil se han juntado para liberar los cielos y dedicarse a la lucha frontal contra el tráfico ilícito de drogas (…). Cuando un blanco dedicado al tráfico ilícito de drogas sea detectado, no va poder cruzar las fronteras libremente, sino que va a encontrar orden y autoridad en el país que ingrese. Va a ser detectado y obligado a aterrizar”, dijo el coronel FAP Jaime Chávez, jefe de operaciones aéreas.
Perú planea reducir a la mitad sus cultivos de coca hacia 2021, lo que implica ingresar a su mayor valle cocalero, donde remanentes guerrilleros operan como sicarios. El negocio del narcotráfico mueve unos 2.000 millones de dólares anuales en el país, según sus autoridades.
Según informó en mayo la presidenta ejecutiva de la peruana Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida Sin Drogas, Carmen Masías, tras el acuerdo de paz en Colombia, exintegrantes de las FARC están ingresando al territorio peruano para traficar drogas.
“En Colombia se decomisa mucho más droga que en Perú, en una relación de 200 versus 20 toneladas. Es más fácil venir a Perú y sacar droga”, detalló.
En 2015 el Congreso aprobó una ley que faculta a la Fuerza Aérea a interceptar y derribar avionetas del narcotráfico, una labor que antes se hacía junto con Estados Unidos, pero que en 2001 se suspendió porque fue derribada por error una avioneta con misioneros estadounidenses y murieron dos personas.
La mayoría de estas naves venían de Bolivia, cuya estrategia “es permisiva para el control de cultivos de coca y es puente aéreo para la salida de cocaína peruana”, precisó Masías.
Bolivia elevó este año el límite de cultivo legal de coca, desde 12.000 hectáreas hasta 22.000 hectáreas. Tras la ley de interdicción no se han registrado derribo de aeronaves en Perú, aunque se han diversificado las rutas.