La versión del jefe de guardia presidencial sobre la muerte de Hugo Chávez se reduce a un diagnóstico: “infarto fulminante”. José Ornella contó hoy a la prensa que estuvo con el mandatario en sus últimos dos años y dijo que estuvo aferrado a la vida hasta el último momento.
“No podía hablar, pero lo dijo con los labios ‘yo no quiero morir, por favor, no me dejen morir’, porque él quería a su país, se inmoló por su país”, sostuvo.
Ornella también dijo que Chávez sabía que después del 8 de diciembre último, cuando habló a Venezuela por última vez, había muy poca esperanza de salir airoso de la reincidencia del cáncer. De ahí que nombrara a Nicolás Maduro como su “sucesor”.
El oficial expresó que a pesar del esfuerzo de sus médicos, que aseguró que eran los “mejores de todas las parte del mundo”, la enfermedad de Chávez ya se encontraba bastante avanzada. El mandatario falleció el martes último
Desde ayer, el féretro de Chávez recorrió algunas calles de Caracas, en las que miles de ciudadanos se reunieron para despedirlo. Cientos de muestras de tristeza han dado la vuelta al mundo, y hasta hoy continúan las expresiones de condolencias.