Bloomberg|.- Cuando un estimado de 9 millones de mujeres saudíes se sienten al volante a partir del próximo año, los fabricantes de automóviles no son los únicos en posición de ganar.

Todas esas nuevas conductoras también necesitarán seguros, préstamos para autos, ambientadores y tapetes. “Habrá un mundo entero de nuevos productos y servicios afiliados a las ventas de automóviles en los que las mujeres saudíes estarán interesadas”, dijo Evangelos Moustakas, jefe del Centro de Innovación y Excelencia en la Universidad Middlesex en Dubai.

Habrá salas de exhibición, centros de servicio y lavaderos de carros expresamente para las mujeres, predijo Ahmad Beck, el director ejecutivo de creatividad de la agencia de publicidad Drive Dentsu en Jeddah. Aunque un número cada vez mayor de mujeres saudíes está ingresando a la fuerza laboral, muchas todavía prefieren trabajar en entornos segregados y tratar con vendedoras femeninas.

Las mujeres saudíes, que se gradúan de la universidad a una tasa casi dos veces la de los hombres y que a menudo estudian en el extranjero, serán clientes exigentes. Buscarán autos que sean más compactos y elegantes, más fáciles de estacionar, e investigarán características como calificaciones de seguridad e impacto ambiental en las redes sociales y en Internet, dijo Moustakas.

Todas esas conductoras principiantes también necesitarán seguros, una expectativa que envió las acciones de las aseguradoras de automóviles saudíes hasta un 7 por ciento al alza. En cuanto a las automotrices mismas, marcas como Porsche y Chevrolet esperan un impulso.

La decisión del 26 de septiembre de permitir que las mujeres del reino conduzcan es parte de un esfuerzo de modernizar la economía y las normas sociales en una nación donde la mayoría de la gente es menor de 30 años. El programa también apunta a que las mujeres representen 30 por ciento de la mano de obra para 2030.

De todas formas, las empresas que cortejan a las mujeres saudíes que apenas se empiezan a mover en la economía tiene que hacer campañas publicitarias muy cuidadosas. Aunque las mujeres ya están representadas en los comerciales de televisión, medios impresos y sociales, los anuncios están obligados a seguir normas gubernamentales que prohíben la desnudez y cualquier cosa contraria a los principios islámicos.

Un fabricante de ropa interior, Change, se las ingenió de una manera creativa, dirigiéndose a los censores directamente en sus anuncios. La marca muestra fotos de modelos, con sus cuerpos garabateados para cubrir los brazos, piernas y torsos desnudos que normalmente se ven en los anuncios de ropa interior occidental. “Edita cualquier cosa”, dice la leyenda, “menos el sostén”.