Fortuna de la familia de Trump salió de un burdel en Canadá

Trump, que afirma en sus memorias que su abuelo era sueco, le dijo al New York Times en agosto que la forma en la que Blair representó los negocios de su abuelo Friedrich era “totalmente falsa”.

(Bloomberg) Las raíces de la familia de Donald Trump se encuentran enterradas en un pueblo fantasma en la región subártica de Canadá.

Sólo quedan fragmentos de botellas de vidrio en la orilla del lago en Bennett, en British Columbia que quizás sean los restos del animado establecimiento operado por el abuelo de Trump que era conocido por su buena comida, bebida y mujeres dispuestas.

A principios del siglo XX, Bennett era un punto de tránsito para los buscadores de la fiebre del oro en Klondike, y Friedrich Trump hizo su agosto administrando un restaurante y un bar. La fortuna que generó en dos años se convirtió en el dinero que sustentó la candidatura de su nieto a la presidencia de Estados Unidos.

Fred, como conocían al abuelo de Trump, dejó Alemania a los 16 años con poco más que una maleta. Se dirigió a Nueva York para trabajar como peluquero antes de aventurarse al oeste en busca de riquezas. Después de pasar una temporada en Seattle y ahora en la extinta Monte Cristo, la fiebre del oro lo llevó a Bennett, donde él y su socio Ernest Levin construyeron el restaurante Arctic, que se promocionaba como el mejor equipado de la ciudad.

Estaba abierto todo el día con “cuartos privados para damas y fiestas”, según un anuncio publicado en la edición del 9 de diciembre de 1899 el periódico Bennett Sun. Los cuartos incluían una cama y una báscula para pesar el polvo de oro utilizado para pagar los “servicios”, de acuerdo una biografía de tres generaciones de la familia Trump escrita por Gwenda Blair, que rastreó los orígenes de la riqueza de la familia Trump.

Trump se percató rápidamente que las ganancias reales estaban en la fiebre del oro. Unos 100.000 buscadores partieron rumbo a Klondike, de los cuales solo una tercera parte llegaron y sólo 4% encontraron oro. Dados esos porcentajes, la decisión de Trump fue una apuesta astuta, según Blair.

Bennett fue un centro clave para los buscadores de oro, que caminaron desde Alaska a través de montañas congeladas y navegaron en embarcaciones improvisadas por los rápidos traicioneros del río Yukón a Dawson City. La ciudad perdió su atractivo con la construcción de un enlace ferroviario de Skagway, Alaska a Whitehorse que permitió a los mineros para eludir Bennett.

En respuesta, Trump desmanteló el restaurante y lo reconstruyó en Whitehorse. Una foto en el libro de Blair muestra a Fred Trump con bigote y usando un delantal blanco. Está de pie en el bar cerca de una pared de cortinas detrás de la cual las mujeres entretenían a los mineros en la intimidad.

Para cuando se fue de Whitehorse en 1901 para regresar a su nativa Kallstadt, Alemania, Trump era rico. Fue allí donde depositó su ahorro de 80.000 marcos, Blair relata. Pero como no pudo recuperar la nacionalidad alemana, Trump regresó a Nueva York con sus riquezas.

Esa cantidad, equivalente al poder adquisitivo de alrededor de medio millón de euros en 2014, terminó financiando las primeras inversiones en bienes raíces residenciales de la familia Trump en el área de Nueva York, realizadas más tarde por su hijo Fred y su nieto Donald.

Trump, que afirma en sus memorias que su abuelo era sueco, le dijo al New York Times en agosto que la forma en la que Blair representó los negocios de su abuelo Friedrich era “totalmente falsa”. La portavoz de Trump, Hope Hicks, no respondió a dos correos de voz y un correo electrónico solicitando comentarios.

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