Sergio Dávila es un diseñador especializado en hombres. A él recurrimos para saber qué mitos sobre el hombre peruano persisten, cuáles se han ido, y cómo el estilo de los ejecutivos, jóvenes, adultos y adolescentes ha ido cambiando al tiempo que los blogs de fashionistas para mujeres han explotado en la capital.
¿Se está quedando el hombre peruano detrás, o le ofrece competencia a sus pares femeninas?
1. Transporte público: ejemplo fashion
Sergio Dávila abrió una tienda en el corazón del centro histórico de Lima, y la ubicación no solo ha sido inspiración para su nueva colección, sino que le permite conocer el look de los peruanos de todo estrato social.
“Cuando tengo que ir desde mi tienda de Miraflores hasta el local del centro, trato de hacerlo en el Metropolitano, porque me permite ver muchos looks, y hay diferencias en cómo se viste el hombre ahora y cómo lo hacía hace diez años”, explica.
“Por ejemplo, algo que noto mucho, antes el hombre no cuidaba mucho qué zapatos usaba.
Estos tenían un fin utilitario, pero ahora no veo zapatos viejos, descuidados, sino que veo estilo al combinarlos, colores más atrevidos. Creo que sí están pensando en combinar prendas con el calzado”.
Dávila precisa que aunque no se puede hablar de un estilo integral y una plena conciencia a la hora de elegir tenidas, el centro de Lima ha dejado de ser terreno baldío en cuanto a estilo.
2. Comprar con la novia es tortura
A rastras a los vestidores de alguna tienda. Esa era la imagen que teníamos de los hombres peruanos. Por años, madres, novias y esposas han llevado a sus hombres de compras y han tomado la mayoría de decisiones. Convencerlos de probarse una prenda más era una hazaña difícil de lograr.
Sergio Dávila cree que eso ha cambiado. “En mis tiendas es el hombre el que decide, e incluso va sin compañía. Y no solo hablo de ejecutivos mayores, sino de todo tipo de clientes. En el centro de Lima me compran chicos muy jóvenes que deben haber ahorrado para comprar un saco lindo. La idea de sufrir para vestirse y ser obligado ya no entra en la cabeza del hombre peruano.
Para Sergio Dávila, las novias ahora pueden tener en su pareja un aliado para un día de compras con estilo.
3. Adiós a la tenida del jean y el polo
Pero si se lograba convencer a un hombre de ir de compras, lograr que se decidiera por algo más atrevido era otra tarea pendiente. Era casi una norma que escogiera un jean clásico y un polo, y si llevaba un estampado de su caricatura favorita, el dolor era mayor para la pareja.
Dávila cree que eso no pasa más: “Creo que se puede comprar un jean, pero que ahora se piensa más en el entalle, en el color; y no solo en jeans y ropa informal, ahora puedes ver un terno con entalle, un pantalón que no parezca tres tallas más grande”.
Para el diseñador, si una novia o esposa no logra convencer a su chico, “tiene que darle información. Cómprenle su GQ, o cualquier revista de hombres con estilo. Al ver eso tiene que reaccionar”.