El siglo XXI, con toda su tecnología e innovación, no ha logrado ganar la batalla contra la tuberculosis en los niños. Y una de las principales razones viene con el mismo tratamiento.

El estrés de acudir periódicamente al médico, tomar un paquete enorme de píldoras, con los síntomas cansinos que incluye y la atmósfera tétrica del hospital no es una gran motivación para el paciente. Sobre todo cuando es un pequeño, y termina por abandonar el tratamiento. Víctor Casas tuvo una idea.

Cuando un niño decide detener la receta, el TBC golpea más fuerte, y se convierte en una enfermedad difícil de combatir. Entonces, Víctor se planteó la siguiente pregunta: ¿Cómo garantizar que el niño no abandone el tratamiento?

La respuesta es Monitu, un videojuego que utiliza la realidad aumentada para combatir la tuberculosis.

Víctor Casas es un apasionado por la cultura y las causas sociales, y buscaba reflejarlo en un producto tangible. Por ello, cocreó Monitu junto a BIM, una productora de innovación peruana.

El juego tiene como objetivo capturar la atención de los niños que acudan a recibir sus medicinas. Para ello, Casas está buscando una alianza con el Gobierno para facilitar las tablets en los centros de atención médica.

La importancia de que los dispositivos los controle el hospital radica en dos factores. Primero, la mayoría de niños afectados por la tuberculosis no cuentan con los recursos suficientes para costear una Tablet. Segundo, los médicos pueden monitorear el avance del niño en el juego.

El carácter lúdico de la aplicación no deja de lado su función educativa. Monitu busca que los niños aprendan sobre su tratamiento y el mismo juego coloca metas para que el pequeño lo continúe.

El control de los doctores no solo corre por el monitoreo del aparato, sino que para acceder al juego se utiliza un método de reconocimiento facial. Nada de cuentas ni contraseñas.

El emprendedor asegura que la felicidad es un aspecto clave para superar la enfermedad, y un videojuego es el estímulo perfecto para concentrar la atención del paciente, y arrancarle una sonrisa.