Con sede en Londres, Reino Unido, la compañía Umbrellium especializada en el desarrollo de herramientas y tecnologías para los centros urbanos lleva trabajando una idea bastante llamativa que seguramente muchos la asociarán con prácticamente cualquier película o serie de ciencia ficción que retrate una ciudad hiperconectada y llena de pantallas.
Con el nombre de Starling Crossing, la compañía británica presenta un paso peatonal interactivo, el cual cuenta con su propia inteligencia artificial para responder de acuerdo al tráfico en tiempo real y hacer que tanto los peatones, como motociclistas, ciclistas y automovilistas puedan convivir y circular de manera más segura.
Cómo buen elemento inteligente, este paso peatonal se compone de una especie de placas de resina transparente equipadas con cientos de LEDs de colores los cuales se encuentran conectados a una computadora bastante inteligente que cuentan con varias cámaras con las que puede supervisar el estado de la calle o avenida y coordinar tanto el paso de los peatones como ajustar los carriles para automóviles y bicicletas todo en tiempo real.
Entonces cuando la inteligencia artificial de Starling Crossing detecta que una persona quiere cruzar la calle, proyecta una indicación a los automovilistas para que se detengan, pero cuando no detecta ningún peatón puede desaparecer completamente las líneas de banquetas, o bien agrandar las líneas de los carriles para volver más fluido el tráfico.
Según sus creadores este sistema podría revolucionar la cultura peatonal ya que al prestarle más atención a las pantallas del suelo los usuarios podrían respetar de una manera más natural los señalamientos interactivos, además de que estos los recompensaran mejorando las vialidades en beneficio a quien las transite, adecuándose a los peatones —cuando estos sean mayoría— o bien ayudando a los conductores a llegar más rápido a su destino cuando estos sean la prioridad, como por ejemplo en la noche.
Por lo pronto, este increíble proyecto se encuentra en fase de pruebas de campo al sur de Londres, donde la compañía ha montado una especie de pequeño poblado donde realizan pruebas con personas y coches reales para estudiar y alimentar el aprendizaje de su Inteligencia Artificial, además de que se encuentran buscando el apoyo de algún país o ciudad para implementar su sistema y así demostrar su valía.