Bloomberg.- Los inversionistas europeos en aerolíneas requieren una complexión fuerte porque la turbulencia está casi asegurada.
Consideremos Deutsche Lufthansa, que el lunes dijo que sus ganancias subirán este año, cuando antes había señalado una leve declinación.
Tan recientemente como en octubre, las acciones de la aerolínea de bandera alemana habían tocado un mínimo de cuatro años cuando disputas laborales y un exceso de nueva capacidad amenazó con frustrar los esfuerzos del presidente ejecutivo, Carsten Spohr, por mejorar la competitividad de la compañía.
Desde entonces, la acción subió a más del doble y recientemente tocó un máximo de nueve años. Las acciones de su largamente sufrida rival Air France-KLM también parecen haber superado el trance.
Spohr, que es un piloto capacitado, ha hecho un trabajo decente desde que tomó el mando en 2014, en particular considerando que el comienzo de su mandato fue ensombrecido por el trágico accidente de Germanwings.
El ejecutivo ha llegado a acuerdos con tripulaciones inclinadas a las huelgas sobre derechos de pensiones para reparar el balance y cerró algunos convenios astutos para expandir la división de bajo costo de la compañía, Eurowings.
Las inversiones en las cabinas de primera clase de la empresa también están dando frutos.
Sin embargo, parte de la buena fortuna reciente de Lufthansa depende de factores que van más allá de la influencia de Spohr. Los precios del combustible para jets siguen comparativamente bajos y la demanda de los clientes se recuperó este año después de una serie de ataques terroristas.
Oportunamente, las aerolíneas de Medio Oriente enfrentan una cantidad de problemas que podrían restringir su capacidad de arrebatarle clientes a Lufthansa.
Por otra parte, recientes aumentos de los rendimientos de los bonos deberían reducir el déficit de 8,100 millones de euros (US$ 9,400 millones) del plan de déficit de Lufthansa.
Los inversores no deben suponer que la reciente buena fortuna está asegurada. Como señaló Richard Weiss de Bloomberg, el precio actual de la acción de Lufthansa está 7% por encima del nivel que los analistas esperan que el título alcance en los próximos 12 meses.
La acción ahora se negocia a cerca de siete veces las ganancias estimadas, después de operar tan bajo como a cuatro veces el año pasado.
Dado que aerolíneas de bajo costo, como Norwegian Air Shuttle, están agregando más rutas a través del Atlántico, los precios podrían verse afectados otra vez.
La división Eurowings de Lufthansa (que brinda servicios a rutas carentes de centros de operaciones y de largo alcance) espera dar ganancias este año, pero está aún lejos de los márgenes operativos de dos dígitos de Easyjet y Ryanair, y esta última ha incursionado en el principal hub de Lufthansa en Fráncfort.
Las acciones de Lufthansa retrocedieron cerca de 2 por ciento el martes luego de que la compañía advirtió que el ingreso por unidad, o el precio que puede cobrar por cada asiento, se reducirá nuevamente en los seis próximos meses.
Los sufridos inversores han disfrutado de algo de buena fortuna inesperada, no asombra que algunos hayan decidido devolver parte de la potencia al hangar.