El cáncer de mama es considerado el tipo de cáncer que más afecta a las mujeres a nivel global, y en el Perú es el segundo más frecuente después del cáncer de cuello uterino. Por ello, la clínica Aliada consideró importante que se conozca toda la información disponible de esta enfermedad, ya que a pesar de su frecuencia, no hay forma de prevenirla.
Indicó que se suele pensar que la herencia familiar es determinante para sufrir de cáncer pero solamente entre el 5% al 7% de los casos tiene una carga hereditaria (siendo las mutaciones BRCA 1 y 2 las alteraciones genéticas más frecuentes), por lo que la gran mayoría de los casos son de origen esporádico.
Anque no se han podido determinar del todo los factores relacionados a un mayor riesgo de cáncer de mama, por lo que no existen “medidas de prevención” que eviten al 100% que una mujer lo desarrolle.
“Sin embargo, mientras más temprana es la enfermedad al momento de la detección, las posibilidades de cura y la sobrevida son mejores, por lo que es de gran importancia la detección precoz para optimizar las opciones de cura”, explicó Silvia Falcón, directora de la Unidad Interdisciplinaria de Cáncer de Mama de Aliada.
Por ello, enfatizó que todas las mujeres a partir de los 40 años deben realizarse una mamografía anual (sin tener ningún síntoma o signo de cáncer).
“Es muy importante tener en cuenta aquellos factores que podrían estar relacionados al cáncer de mama. Y es que, aunque estos no aseguran su aparición, sí podrían incrementar las chances de que ocurra”, comentó.
La especialista precisó que existen factores de riesgo modificables como:
• Consumo de bebidas alcohólicas: El tomar de dos a cinco bebidas al día eleva el riesgo en alrededor de 1 ½ veces frente a los que no toman alcohol.
• Sobrepeso u obesidad: Después de la menopausia la mayor parte del estrógeno proviene del tejido adiposo y si hay un exceso de ambos puede aumentar la probabilidad de padecer cáncer de seno. Asimismo, el sobrepeso puede ocasionar niveles de insulina más elevados, lo que también puede asociarse al cáncer de seno.
• Vida sedentaria: Para reducir el riesgo, es recomendable hacer como mínimo 150 minutos de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad vigorosa por semana (o una combinación de ambas).
• No tener hijos o tener hijos después de los 30 años tienen en general un riesgo ligeramente mayor de padecer cáncer de seno.
• Control de la natalidad con métodos anticonceptivos: Utilizar píldoras o inyecciones anticonceptivas puede elevar el riesgo de padecer cáncer, el cual se reduce si se deja por 10 y 5 años, respectivamente. Otros métodos como el implante, dispositivo intrauterino, parche cutáneo y anillo vaginal utilizan hormonas que podrían impulsar el crecimiento del cáncer de seno. Antes de considerar el uso de anticonceptivos hormonales, se debe consultar con su médico.
• Terapia hormonal después de la menopausia: La decisión de usar la terapia hormonal debe tomarla la mujer y su médico después de analizar los posibles riesgos (enfermedad cardiaca, cáncer de seno y osteoporosis entre ellos) y beneficios.
• No dar de lactar: La lactancia podría disminuir ligeramente el riesgo de cáncer de seno, especialmente si se prolonga por 18 a 24 meses. Esto se debería a que la lactancia reduce el número total de ciclos menstruales (lo mismo que comenzar los periodos menstruales a una edad mayor o experimentar la menopausia temprano).
Chequeo
Los seguros oncológicos son una alternativa para protegerse ante el cáncer ya que la cobertura va desde la prevención hasta el tratamiento. Estos incluyen en muchos casos un chequeo oncológico anual, cubierto al 100% por la aseguradora, diferenciado para mujeres y hombres de acuerdo a su edad.