Recompensas de tarjetas de crédito, hoy más difíciles de obtener

Gastar un par de miles de dólares al mes en una tarjeta no es un problema para los clientes ricos. Pero alcanzar esa cifra resulta mucho más pesado para los clientes más jóvenes que han estado acudiendo recientemente a las tarjetas.

(Bloomberg).- Citigroup Inc. acaba de presentar una versión actualizada de su tarjeta de crédito premium, la Citi Prestige.

La nueva tarjeta está hecha de metal (como sus competidores directos, Chase Sapphire Reserve y American Express Platinum) y viene con beneficios atractivos como noches gratis en hoteles, un crédito anual de US$ 250 para viajes aéreos y una bonificación al inscribirse de 75,000 puntos, los cuales, según Citi, valen US$ 935 en viajes aéreos.

Hay un problema, sin embargo: para obtener esos 75,000 puntos, los titulares de tarjetas deben gastar US$ 7,500 con ellas en los primeros tres meses.

Eso es un aumento importante desde el mínimo anterior de la tarjeta Prestige, que era de US$ 4,000 en el mismo período de tiempo. Citi, el mayor emisor de tarjetas de crédito del mundo, no es el único banco que ha vuelto más difícil los requisitos para bonificaciones de inscripción.

Cuando American Express Co. relanzó su tarjeta Platinum en marzo, el requisito mínimo de gasto saltó de US$ 3,000 a US$ 5,000.

Gastar un par de miles de dólares al mes en una tarjeta no es un problema para los clientes ricos, trotamundos, que son los consumidores tradicionales de las tarjetas premium. Pero alcanzar esa cifra resulta mucho más pesado para los clientes más jóvenes que han estado acudiendo recientemente a las tarjetas.

“Va a reducir considerablemente el tamaño de la clientela que sería receptiva a esa tarjeta”, dijo Matt Schulz, analista sénior de CreditCards.com. “Ése es probablemente el problema”. El requisito de gasto mínimo muestra a quién Citi está apuntando con la nueva oferta, agregó, y “claramente no es su titular promedio de tarjetas de crédito”.

Una portavoz de Citi rehusó comentar el requisito de gasto de la tarjeta Prestige.

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Alta bonificación
Cuando Chase lanzó su tarjeta Sapphire Reserve el año pasado con una bonificación de 100,000 puntos, tuvo tanto éxito entre los consumidores que el banco se quedó temporalmente sin metal para hacer las tarjetas.

Sin embargo, esa popularidad llegó con un coste a corto plazo: Jamie Dimon, presidente ejecutivo de JPMorgan Chase & Co., dijo que las ventajas de las tarjetas acabaron recortando los beneficios del cuarto trimestre del banco en hasta US$ 300 millones.

La nueva tarjeta de Chase desencadenó una guerra de recompensas entre los principales bancos estadounidenses, cada uno competía para ganar clientes con beneficios más generosos. U.S. Bancorp introdujo una tarjeta de recompensas premium, la Altitude Reserve, en mayo.

Después de relanzar Amex Platinum, American Express dijo que gastó US$ 1,900 millones en recompensas en el segundo trimestre, la mayor cantidad en al menos nueve años, mientras agregaba 2.7 millones de nuevos titulares de tarjetas.

En tanto los bancos compiten por nuevos clientes, también quieren asegurarse, en última instancia, de ganar dinero con ellos. Se trata de un equilibrio delicado.

Al exigir un gasto mínimo, los bancos esperan “iniciar activamente el uso de la tarjeta y que se convierta en la tarjeta de visita del cliente”, dijo John Ganotis, fundador de Credit Card Insider.

Aumentar el mínimo trae más tasas de intercambio (el pequeño porcentaje de cada transacción con tarjetas de crédito que los minoristas pagan a los bancos y las redes de tarjetas) y también potencialmente acrecienta los pagos de intereses de cualquier cliente con deuda.

Otro objetivo al elevar el mínimo, dijo Ganotis, puede ser asustar a las personas que toman varias tarjetas para recaudar bonificaciones, pero no se convierten en clientes leales.

Las recompensas de las tarjetas de crédito han demostrado ser especialmente populares entre los estadounidenses más jóvenes. Los millennials impulsaron la popularidad de la Chase Sapphire Reserve, y Citi dijo que ese grupo etario constituye casi la mitad de los clientes actuales de la tarjeta Prestige.

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