Con más de 60 años de operación en el mercado, la empresa de explosivos del Grupo Breca se mantiene expectante por lo que traerá el mercado peruano en cuanto a reactivación minera. Por ahora, su meta de crecimiento es ingresar en un nuevo negocio con su planta de sistemas de iniciación de explosivos.
Con una coyuntura donde la actividad minera aún no levanta vuelo, y estos son sus principales clientes ¿cómo se está presentando este 2017?
El consumo de explosivos bajó en paralelo con los precios de los minerales y eso está cambiando, en particular en el Perú, donde hay proyectos de cobre y zinc que están parados pero que van a empezar a caminar, como Quellaveco, Corani, Magistral y Michiquillay; además de Tía María y Conga, si se solucionan los problemas sociales, y las ampliaciones de Shougang, SPCC y Chinalco.
¿Con qué participación se encuentra actualmente EXSA?
Mantenemos el liderazgo en el país, con un 42% de participación total del mercado,y para este año la proyección en ventas es de casi US$ 200 millones.
¿Y el mercado chileno?
Chile representa un mercado muy atractivo para EXSA por ser de casi US$ 700 millones, un 75% más que el Perú.
Se dice que hay proyectos mineros más atractivos en Chile que en el Perú ¿coincide en ello?
No diría eso, sino que la cartera ahí es más grande; en mi opinión, el Perú tiene proyecciones mineras más esperanzadoras que Chile. Sin embargo, una compañía de explosivos que quiere un negocio sostenible tiene que estar en Chile, por ello vamos a realizar una fuerte inversión en ese mercado. Varias decenas de millones de dólares, una cifra que está avanzada y afinándose con el directorio.
¿Destinada a qué?
Para sostenernos en el largo plazo. Apostamos por replicar la experiencia que tenemos aquí, invirtiendo en una planta de producción, equipos, infraestructura y empleando la fortaleza de la tecnología como Quantex.
¿Cuál es la meta en Chile?
Los precios en el Perú en explosivos son bajos debido a la competencia, los precios en Chile se mantienen competitivos, similares a los de Estados Unidos o Australia, como es el mercado minero, y por eso nuestro interés. No queremos ir a romper el mercado sino hacernos de un porcentaje. De acá al 2021 queremos el 15% de ese mercado.
Hace un par de años, la meta de la empresa era entrar a más países en la región ¿cómo están esbozando su expansión?
Nuestra estrategia sigue siendo regional. Salimos de Brasil antes que empezaran los problemas que ahora atraviesa y la contracción que hasta hace poco vivimos en la minería nos hizo desistir de nuestros planes agresivos de expansión hacia nuevos mercados, concentrando así nuestro esfuerzo en el Perú y Chile.
También tenían participación en Colombia…
Tenemos una compañía en Colombia que mantenemos en “hold”. Nuestra mentalidad no ha cambiado, pero tenemos que enfocarnos al mercado tradicional peruano y al chileno, consolidar el negocio y terminar la planta de sistemas de iniciación y desarrollar nuevas tecnologías.
¿Y en qué momento saldrían a invertir en otros países?
Cuando mejore la situación regional. Posiblemente en el 2019, cuando nuestros planes se consoliden pensaremos en salir a otros países.
Mencionó una nueva planta de sistemas de iniciación de explosivos…
Sí, desde hace 25 años EXSA compra a terceros sus sistemas de iniciación porque no era parte de nuestro “core business”, pero pensamos que debemos ingresar en ello para consolidarnos verticalmente. Aquí estamos invirtiendo US$ 50 millones y ha demorado 18 meses en construirse, es una planta modular y 100% automatizada, y a fines de este año ya debe estar operando.
Los lleva a entrar en un nuevo negocio y captar nuevos clientes , ¿qué meta se han trazado?
La planta fue construida con capacidad para abastecer no solo al mercado peruano de minería y construcción, donde hoy tenemos el 54% de sistemas de iniciación, sino también al latinoamericano; queremos competir de igual a igual. Es difícil precisar una cifra ahora.
Aquí también aplicarán la innovación…
Claro, ver qué demanda el mercado y qué más podemos ofrecerle. Nuestro proyecto también nos abre la posibilidad de acortar plazos para abastecer a los clientes, en tiempo y costos, y también la parte logística ya que los envíos pueden hacerse vía aérea porque tienen poca cantidad de explosivos. Y como valor agregado logramos el cash cost más bajo del mundo.