¿Nerviosos por la economía? No lo estén. Sentará un récord

La sensación de que los planes de estímulo fiscal y crecimiento del gobierno de Trump están contra las cuerdas acrecienta el nerviosismo.

(Foto: AFP).
(Foto: AFP).

Bloomberg.- La actual expansión económica de los Estados Unidos es una de las más largas que se hayan registrado. Cuanto más tiempo se prolongue, más probable será que el crecimiento se torne tibio y desigual y que suscite inquietudes respecto de su sostenibilidad.

Considérese el caso del informe de empleo de mayo, con un decepcionante aumento de 138,000 en las nóminas, revisiones a la baja de meses anteriores y un crecimiento salarial débil. Al mismo tiempo, sin embargo, el desempleo cayó al nivel más bajo desde 2001. La sensación de que los planes de estímulo fiscal y crecimiento del gobierno de Trump están contra las cuerdas acrecienta el nerviosismo.

No esté nervioso. Podría ser algo prematuro hacer este anuncio, pero igual lo haré: me es difícil asignar posibilidades algo más que triviales a una recesión en 2018, o incluso 2019. En este punto, la mejor apuesta que se puede hacer es que esta expansión, que comenzó en 2009, coincida con –si es que no lo supera-- el actual récord de 10 años.

Un punto importante a recordar al evaluar las alertas de recesión es que la economía es mucho más resistente a las conmociones de lo que los pesimistas creen. Hay que tener en cuenta que la economía sobrevivió sin entrar en recesión al derrumbe del mercado bursátil de 1987, a la crisis financiera asiática de 1997, a la crisis financiera europea de 2011/2012 y, –lo que probablemente importe más, dado su origen local-- a la declinación del shale oil del 2015.

También hay que tener en cuenta que, suponiendo que la Reserva Federal suba las tasas de interés la próxima semana, habría cuatro aumentos, por un total de 1 punto porcentual, en el espejo retrovisor, y las autoridades monetarias tendrían margen para reducir las tasas a fin de compensar choques negativos. Es suficiente margen, por ejemplo, para una respuesta igual a la que la Fed dio a la crisis financiera asiática.

Sin embargo, la economía no se ha mostrado muy resistente a la excesiva acción monetaria. Con mucha frecuencia, los ciclos de ajuste terminan en recesión. Aquí es donde la curva de rendimientos entra en juego como pronosticador de recesión. Durante un ciclo de ajuste, el impacto de los aumentos de tasas en el tramo corto de la curva de rendimientos supera al impacto en el tramo largo. Una inversión de la curva de rendimientos señala que el ajuste se ha vuelto excesivo y que amenaza el crecimiento económico. Por lo general, los rendimientos de largo plazo caen más, profundizando la inversión, ya que los participantes del mercado esperan que la Fed empiece a reducir pronto las tasas de corto plazo.La historia reciente sugiere que el mayor riesgo de recesión surge si la Reserva Federal continúa ajustando después de la inversión inicial de la curva de rendimientos, cosa que ocurrió antes de las dos últimas recesiones. La rápida reversión de las políticas de la Reserva Federal en 1995 evitó que el ciclo de ajuste se convirtiera en recesión.

¿Cuánto endurecimiento queda para que la Fed invierta la curva de rendimientos? Las proyecciones conocidas como “línea de puntos” del banco central indican que las autoridades prevén otros 1.25 puntos porcentuales para fines de 2018, lo cual plantea la posibilidad de una inversión de la curva de rendimientos. Algunos funcionarios monetarios prevén aún más. Caso cerrado en lo que respecta a una recesión en 2018 ¿no es cierto?No. En primer lugar, eso supone que los rendimientos de largo plazo no respondan al ajuste en el tramo corto. Pero si las tasas de más largo plazo están subiendo, la Fed tiene entonces más espacio para maniobrar.

Segundo, las proyecciones de la Fed son sólo un pronóstico, no una promesa. Mi suposición es que las condiciones económicas que más probabilidad tienen de contener las tasas de largo plazo --crecimiento débil e inflación-- impedirán a la Reserva Federal cumplir con su pronóstico actual. Claro, hay halcones en la Fed, pero las palomas han sido las que con más frecuencia se han impuesto durante esta expansión. Tercero, la Fed podría hacer una repetición de 1995 y revertir el rumbo ante el primer indicio de salida de curso, sosteniendo así la recuperación.

Por último, hay un retraso entre las inversiones de la curva de rendimiento y las recesiones que vuelve muy poco probable una recesión en 2018. Antes de los dos ciclos anteriores, la curva de rendimiento estuvo invertida durante más de un año antes de la consecuente recesión.

Así, incluso en el escenario donde la Fed mantenga sus proyecciones actuales hasta 2018, la curva de rendimiento se invierta a fines de 2018 y la Fed no revierta el curso en 2019, lo más temprano que se podría esperar una recesión es a fines de 2019 o comienzos de 2020.

La actual expansión comenzó en junio de 2009. Si se mantiene hasta junio de 2019, coincidirá con el récord anterior. Según mis cálculos, la economía probablemente aguantará hasta a ese punto y más allá. Para que eso no suceda, la Fed tendría que pisar los frenos con fuerza durante los próximos 12 meses. Dadas las recientes cifras de la inflación y, ahora, los variables datos de empleo y de debilidad salarial, crecen las dudas de que cumplan hasta con sus pronósticos actuales de tasas, y mucho menos que los superen.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial ni la de Bloomberg LP y sus dueños.

Nota Original: Anxious About the Economy? Don’t Be. It’ll Set a Record: Tim Duy

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