El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, invitó a los tenedores de la deuda de su país a participar en “negociaciones” durante los próximos días, al sostener que han sido afectados por las sanciones financieras que Estados Unidos impuso a su Gobierno.
Entre setiembre y diciembre Venezuela y su estatal petrolera PDVSA deben pagar unos US$ 4,200 millones en vencimientos e intereses de deuda.
Maduro ha reiterado que la nación petrolera seguirá honrando sus compromisos. Sin embargo, también ha denunciado que a raíz de las sanciones impuestas por el Gobierno de Donald Trump, los bancos estadounidenses se han rehusado a recibir fondos públicos para pagos de importaciones o servicio de deuda.
“En el transcurso de las próximas dos semanas están invitados a varias rondas de negociaciones todos los tenedores de bonos de la deuda pública venezolana que han sido afectados negativamente por las decisiones de Donald Trump”, dijo el mandatario tarde el jueves en un discurso ante la Asamblea Nacional Constituyente, un cuerpo legislativo plenipotenciario.
“Vamos a hablar con todos y, a partir de esa ronda de negociaciones en el transcurso de los actos y eventos económicos que junto con la constituyente hagamos, iré anunciando la respuesta definitiva de Venezuela sobre la agresión financiera que hemos sufrido”, agregó Maduro, sin precisar sobre los tópicos a discutir con los inversionistas.
Los precios de los bonos venezolanos reaccionaban en el mercado internacional sin mayores sobresaltos durante la jornada del viernes, al tiempo que algunos tenedores consultados decían estar a la espera de mayores detalles.
“Eso se ha planteado otras veces”, apuntó un inversionista local. “Maduro intentará refinanciar los títulos con quien lo acepte”, agregó.
Al menos tres operadores consultados dijeron que no conocen de ningún encuentro pautado con funcionarios venezolanos, pero dos de ellos reconocieron algunos acercamientos entre emisarios del Gobierno de Maduro con inversionistas.
Las sanciones de Estados Unidos prohíben a firmas de ese país comprar o vender nuevas emisiones de deuda de Venezuela y Petróleos de Venezuela (PDVSA), en un esfuerzo por cortar los fondos para lo que Washington considera una “dictadura” de Maduro.
OBSTÁCULOS PARA NEGOCIAR
Aunque la medida protege a los tenedores de la deuda existente, dificultaría una renegociación justo cuando el país atraviesa una profunda crisis económica.
Por ejemplo, una sanción impuesta al vicepresidente de finanzas de PDVSA, Simón Zerpa, está disuadiendo a algunas firmas de negociar con la compañía, que tiene los más pesados pagos en lo que resta del año.
Maduro encargó como líderes de las conversaciones con los tenedores a su ministro de Finanzas, Ramón Lobo, y a su vicepresidente Tareck El Aissami, quien recibió una sanción individual este año de Estados Unidos por supuestamente colaborar con el narcotráfico.
El propio presidente también fue sancionado por Estados Unidos en julio.
Por otra parte, Rusia, un aliado ideológico y económico de Venezuela, anunció el viernes que el Gobierno de Maduro pidió una “reestructuración” por problemas para el cumplimiento de sus obligaciones de deuda, dijo el ministro de finanzas ruso.
La noticia fue vista por algunos operadores como una mala señal porque, en ese contexto de incumplimiento, Rusia no sería una alternativa para conseguir dinero fresco si se hace imposible llegar a acuerdos con tenedores de bonos en Estados Unidos.
Maduro también anunció el jueves que su administración implementará un nuevo sistema de pagos internacionales que utilizará una cesta de monedas distintas al dólar, para sortear las sanciones estadounidenses, que considera parte de un bloqueo financiero.