Uruguay inyecta US$ 872 millones a petrolera estatal para evitar su quiebra

Oposición y un sector del oficialismo responsabilizan al gobierno del expresidente José Mujica por la crítica situación de la empresa Ancap.

(Foto: elobservador.com.uy)
(Foto: elobservador.com.uy)

MONTEVIDEO, Uruguay (AP).- La Cámara de Diputados uruguaya aprobó el domingo una inyección de capital por 872 millones de dólares a la mayor empresa del país, la petrolera estatal ANCAP, luego de un duro debate que mostró la división de posturas de la oposición pero también dentro de la coalición de izquierda gobernante Frente Amplio.

La medida fue aprobada de madrugada por 50 votos a favor de los 89 diputados presentes, luego de una sesión especial urgente que se extendió por más de 14 horas.

El Frente Amplio utilizó su mayoría para validar un proyecto que ya había sido aprobado in extremis por el Senado el martes, por 16 votos a favor y 15 en contra, con el rechazo unánime de la oposición en ambos casos.

La iniciativa establece por un lado que el Poder Ejecutivo condonará a ANCAP una deuda de 622 millones de dólares, al tiempo que también habilitará un préstamos de 250 millones de dólares de la Corporación Andina de Fomento, que será empleado para sustituir endeudamiento de corto plazo.

Las pérdidas de la empresa pública se están investigando y el escándalo político que ha levantado ha generado críticas fuertes, no solo de la oposición sino también dentro del oficialismo, al gobierno del expresidente José Mujica.

El ministro de Economía, Danilo Astori, y los dirigentes de su sector han responsabilizado de la situación a Mujica y a Raúl Séndic, actual vicepresidente y presidente de ANCAP en el anterior gobierno.

En cambio, Séndic, Mujica y los dirigentes cercanos a sus posiciones han señalado que el déficit se originó en decisiones del Ministerio de Economía, que desde que el Frente Amplio llegó al poder en 2005 ha estado en manos del propio Astori o de técnicos cercanos a él.

El diputado frenteamplista Darío Pérez fue el más crítico, pidiendo, como ha hecho la oposición, la renuncia del directorio de ANCAP y advirtiendo que votaba el rescate de la petrolera a regañadientes, solicitó un “acto de contrición” a la coalición que implique un “real arrepentimiento”.

“Pido que se haga cargo el que tenga que hacerlo y que se remuevan a directores y gerentes, porque cuadro que gana no se cambia, pero cuadro que pierde se le cambia al técnico y a algunos jugadores”, afirmó, solicitando que su partido actuara de forma que pudiera mirarse al espejo todos los días.

A esto le respondió el diputado Saúl Aristimuño, del sector frenteamplista Lista 711, que apoya a Séndic, al afirmar que “al señor de los espejos, la imagen que nos devuelve el espejo es la lealtad política”.

“Defendemos la gestión de las empresas públicas, pero también la buena gestión. Las empresas bien administradas pueden dar buenos resultados económicos y pueden transferir al Estado”, afirmó el frenteamplista Alfredo Asti, quién recalcó que no estaba de acuerdo con un informe sobre ANCAP firmado por el Frente Amplio.

“En ese informe que se realiza en nombre del Frente Amplio no coincidimos con cosas que son públicas y notorias y ya lo expresamos en intercambios a través de la prensa. Ahora, lamentablemente, lo tenemos que hacer acá”, dijo.

También llovieron críticas de la oposición. “No tiene parangón que una empresa monopólica enfrente una situación de quiebra. Para que pase eso se necesitan dos ingredientes: ineptitud y corrupción”, afirmó el diputado Iván Posada, del Partido Independiente.

“Nadie se hace responsable y tiene la honestidad y la humildad de decir: la fundimos, somos los padres de esta criatura que al Uruguay le va a salir en 900 millones de dólares; nos equivocamos y la fundimos”, criticó Gustavo Penadés, del opositor Partido Nacional.

ANCAP tiene el monopolio de la importación y refinación del petróleo en Uruguay. A pesar de múltiples intentos, nunca descubrió un yacimiento en el país.

Un plan a principios del siglo XX para que desarrollara un combustible propio en base al alcohol terminó sin la invención de dicho carburante, pero con una fábrica de bebidas alcohólicas. Hasta hoy ANCAP tiene una subsidiaria que fabrica whisky y otras bebidas espirituosas y más recientemente incorporó perfumes a su línea de productos, algo que también fue criticado.

La empresa también fabrica cemento, y en los últimos gobiernos ha incursionado en un proyecto de elaboración de biocombustibles.

TAGS: Ancap, Uruguay

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