Evite el negativo impacto de la 'amabilidad terminal' en su empresa

En las organizaciones con un cultura laboral demasiado agradable, las personas pueden asumir que la forma de apoyar y respetar a los demás es ser educado a cualquier precio. Craso error. Sepa cuándo debe estar alerta.

No estar de acuerdo con otro punto de vista o idea, dar a la gente noticias duras y hacerla responsable de sus actos puede evitar el impacto negativo de la llamada ‘bondad terminal’ en las empresas.

Forbes explica seis cosas malas que suelen suceder, cuando la situación en una compañía va -aparentemente- demasiado bien.

Los empleados no reciben la información que necesitan para crecer y mejorar.
Cada uno de los miembros de un equipo de trabajo necesita contar con el punto de vista de una tercera persona, capaz de ser imparcial para hacerle notar al trabajador sus fortalezas y debilidades.
En un ambiente laboral demasiado agradable, los empleados no deben caminar fuera de la vía de la realidad, sin conocer aquellos puntos sobre los cuales deben trabajar para mejorar sus competencias.
Cuando la mayoría de trabajadores no alcanza su máximo potencial porque no conoce a ciencia cierta lo que está haciendo mal o bien, existe un enorme costo de oportunidad.

Las malas ideas se implementan porque nadie las empuja hacia atrás.
En las culturas laborales positivas, muchos piensan que ser solidario con el otro implica estar de acuerdo casi en todo con él. De ese modo, un grupo nutrido de trabajadores calla, cuando alguien tiene una idea que no funciona o que no se puede implementar en su totalidad. Así, se puede desperdiciar gran cantidad de tiempo y esfuerzo en perseguir un propósito con pies de barro.

La falta de debate saludable hace difícil la construcción de nuevos procesos y productos.
Cuando usted está tratando de cambiar las cosas, tiene que estar dispuesto a discutir y debatir los pros y los contras de las diversas posibilidades abiertamente. Si la gente está más preocupada por ser amable y no herir los sentimientos de los demás, entonces la innovación será imposible.

Las conversaciones “reales” no ocurren cara a cara.
Si la persona A tiene un problema con la persona B, y comenta sobre ello a las personas C, D y E, se creará una cultura laboral donde abundan los rumores y chismes deteriorando el ambiente de la oficina. Ello dificulta la continuidad de un entorno lleno de confianza y solidaridad.

No hay confianza sobre los altos ejecutivos.
Cuando ocurren grandes problemas dentro de la organización, y los altos ejecutivos optan por ser políticamente correctos brindando mensajes evasivos, sin explicar lo que verdaderamente está sucediendo, entonces generarán un ambiente de desconfianza sobre ellos mismos.
Los empleados pensarán: “Si nuestros líderes no pueden ponerse de pie y ser honestos, ¿qué otras grandes cosas nos estarán ocultando?”

Los empleados no asumen sus errores.
En un ambiente donde se elogian a las personas por sus aciertos y/o aportes, mas no se hace un esfuerzo para que asuman las consecuencias de sus errores, se alimenta una cultura llena de pasividad. Los empleados deben responsabilizarse por los errores que cometen y, por ende, tienen que optar por los mecanismos o elementos necesarios a fin de hallar soluciones.

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