Sepa cómo mejorar su empleabilidad en el 2017

La palabra mágica en la búsqueda de empleo es empleabilidad. Aunque más que magia, necesitarás mucho esfuerzo para conseguirla, mejorarla y poder presumir de ella ante los reclutadores.

En el empleo más difícil del mundo, que hoy es buscar trabajo, la empleabilidad es la clave para que te adaptes a las exigencias de las empresas y a los vaivenes constantes del mercado laboral.

Cambios vertiginosos en el mercado laboral; una competencia creciente entre los candidatos; la necesidad de diferenciarse del resto para llamar la atención de los reclutadores; y la obligación de adoptar estrategias diferentes de búsqueda que pueden llevarnos incluso a cambiar de carrera, de sector o de profesión para dedicarnos a algo que nunca antes habíamos hecho…

La clave es la empleabilidad y saber cómo lograrla, mejorarla y gestionarla, tratando de predecir qué haremos en el futuro, en qué sector o profesión estaremos trabajando dentro de unos años, teniendo en cuenta cuáles son nuestros puntos fuertes y las competencias diferenciales que nos permitan dedicarnos a distintas profesiones.

La mala noticia es que para esa labor de predicción estás prácticamente solo, porque casi nadie te puede ayudar a decidir qué carrera debes estudiar; cuál es el sector que te asegura un perfil profesional con éxito; y ni siquiera cuáles son las capacidades que debes adquirir para adecuarte a los puestos y exigencias de los reclutadores y de las empresas.

¿Cómo puedes ser más empleable? Aquí tienes algunos consejos para crear una marca personal que resulte atractiva a los empleadores por ser una identidad profesional completa y diferente a la del resto de candidatos; porque demuestra que eres adaptable a los cambios del mercado y a las demandas de quienes buscan talento; y porque prueba que has adoptado nuevas estrategias de búsqueda de empleo:

1. Debes darle un verdadero sentido a la idea de la reinvención profesional. Básicamente, esto significa que eres capaz de sacar partido de aquello que ya sabes hacer en otro sector, puesto o actividad, y que puedes tomar caminos diferentes o alternativos porque has adquirido las competencias básicas que podrás aplicar en otro sector.

Demuestra que tus capacidades profesionales no están obsoletas, y que puedes responder a las exigencias del mercado laboral o de lo que buscan realmente las empresas.

Has de ser capaz de convencer a los reclutadores de que las competencias que has adquirido pueden usarse en otras áreas en las que quizá no has entrado aún. Conviene que identifiques tus mejores cualidades -los verdaderos valores- y que analices cuáles son las opciones del mercado laboral que pueden servirte.

Recuerda que las compañías buscan y exigen habilidades transversales, que son las más difíciles de enseñar. No se trata de meros conocimientos ni de cualidades técnicas, sino de capacidades comerciales o de seducción, de adaptabilidad y autoaprendizaje; de la capacidad de reciclaje o la habilidad multidisciplinar, que tienen mucho que ver con la disposición para trabajar en un entorno cambiante, así como el talento de trabajar en diferentes puestos, de ser un comodín y de demostrar flexibilidad funcional; la creatividad; la innovación; las habilidades relacionales y comunicativas, asociadas a una faceta internacional relevante.

2. No comiences ninguna búsqueda ni te plantees una estrategia que tenga que ver con la empleabilidad sin tener en cuenta un hecho evidente: el 80% de las ofertas de empleo son invisibles, y esto significa que los cauces tradicionales para saber si quiera que existen no sirven de nada. En España, los contactos representan la mitad de las estrategias eficaces para encontrar un trabajo. La consecuencia: debes construir un red de networking que te permita acceder a las ofertas de trabajo ocultas como opción casi única para triunfar en la búsqueda.

3. Saber cómo rastrean ahora el talento los empleadores te ayudará a adaptar tu perfil a las nuevas búsquedas. Así, lo primero que debes tener en cuenta es que que ya no basta con que cazatalentos, consultoras, empresas de selección o portales de empleo simplemente presenten candidatos que pueden servir para un puesto determinado. Las nuevas capacidades profesionales que se exigen, junto con la brecha entre lo que sale de las universidades y las necesidades de las empresas provocan que esos perfiles no encajen en las organizaciones y por tanto los índices de fracaso son elevados.

Has de conocer por tanto a los reclutadores que más te convienen para acceder al empleo que mejor va con sus búsquedas: las compañías son cada vez más autosuficientes al seleccionar candidatos. Hoy es necesario conocer cómo funciona el mundo 2.0 en todo lo que se refiere a la identificación, evaluación y desarrollo de aquellos a los que se pretende contratar.

Llegan nuevos agentes al mercado del reclutamiento, y esto provoca el auge de las recomendaciones de particulares; de las ofertas invisibles, que hacen que sean cada vez más importantes los contactos personales y menos el currículo; o de la influencia creciente de las plataformas que tunean profesionalmente a los candidatos… Debes estar al día para reconocer quién se queda al frente de las recomendaciones, de la selección y adecuación de los nuevos perfiles profesionales.

4. También las nuevas fórmulas de trabajo que surgen determinan tu empleabilidad y miden tu capacidad de adaptación al nuevo escenario. Se dan maneras diferentes de valorar el rendimiento y la eficacia, que son contrarias a la cultura presentista y de la multitarea inútil; y la gestión de personas y modelos de retribución se adaptan a una realidad nunca vista en las organizaciones.

La tecnología aporta mayor flexibilidad al mercado laboral y permite localizar el trabajo donde sea necesario y encontrar el talento allí donde esté. Cobra un nuevo sentido el equilibrio entre la vida personal y la laboral, pero no se habla tanto de conciliación como de integración, asociada a la exigencia de disponibilidad las 24 horas por parte de las organizaciones. Tendrás que ser capaz de gestionar estas demandas y adaptarte al hecho de que los profesionales tendrán que estar dispuestos a cambiar con más frecuencia de carrera, sector o empresa. En respuesta a todo esto se extenderá el teletrabajo, el trabajo por proyectos o la rendición de cuentas a varios jefes a la vez, los contratos a tiempo parcial que permitan las jornadas adaptadas al ciclo productivo de cada empleado, con un predominio del cumplimiento de hitos y objetivos.

5. A vueltas con la reinvención profesional, quizá te hayan dicho que el currículo ya no sirve para rastrear un empleo, sobre todo si se tienen en cuenta las nuevas búsquedas.

Lo que ocurre en realidad es que sólo con la lectura del CV el reclutador ya no puede percibir qué tipo de profesional eres. Aumenta el peso de tu personalidad y de tus valores como candidato.

En todo caso, la esencia del currículo permanece, aunque aparecen nuevas posibilidades con la tecnología. Debes aprovecharlas y explotarlas en tu beneficio.

6. Parece claro que a pesar de los cambios y limitaciones, importa lo que dice tu currículo, pero también es determinante lo que dicen de ti quienes te conocen. Podría decirse que somos lo que nuestros amigos creen que somos, y esto se refiere a las redes sociales. Por eso debes cuidar tus interacciones, la imagen que conforma tu reputación profesional y el valor real que tiene todo esto.

Hoy más que nunca resulta necesario que seas capaz de gestionar adecuadamente tus perfiles sociales y que eso te lleve a crear una marca personal sólida, real y efectiva. Pero dominar las redes sociales implica una capacidad de mostrar la verdadera calidad de tu trabajo. Los medios sociales, en este sentido, deben usarse como correa de transmisión de lo que haces y eres realmente.

7. Activa tu plan de márketing. Pero más que eso, diseña tu carrera pensando en quién está dispuesto a invertir en tu talento. Para ello debes demostrar resultados y asumir riesgos. Analiza quién puede ser el que va a apostar por tu talento y cuál es el valor del producto que puedes ofrecerle. Qué es lo que has hecho basándote en resultados. Diferenciarte del resto y aportar valor resulta indispensable en un mercado laboral volátil y muy competitivo. Conviene que sepas quién eres, qué vas a ofrecer; qué quieres y, en función de ello, analizar qué sector te conviene y dónde puedes desarrollar tu carrera.

En todo caso, tu mejor activo es la adaptabilidad, la capacidad de aprender y de reaccionar al cambio.

8. Algunas veces, lo que más te conviene es recurrir a la estrategia de dar un paso atrás, porque desatascar tu carrera profesional puede pasar por un retroceso aparente.

Para muchos expertos, incluso un despido no tiene por qué ser el final de tu carrera o un drama, porque esta circunstancia puede suponer un nuevo comienzo y una oportunidad no buscada, pero que resulta eficaz para impulsar tu vida profesional.

9. Al paso atrás se une también el recurso a las segundas oportunidades, que tiene que ver asimismo con la reinvención profesional, el cambio radical y la búsqueda de caminos complementarios y diferentes.

La cuestión es que la formación de la que disponen aquellos profesionales que apuestan por reciclarse no está adaptada a los nuevos tiempos.

De este modo, si eres de los que no han tenido la opción de estudiar una carrera universitaria y estás preparados para ciertos puestos y perfiles profesionales, debes saber que se abren para ti segundas oportunidades laborales.

Por ejemplo, las tecnologías ofrecen puestos de trabajo muy especializados que requieren una formación muy concreta.

Así, cada vez más candidatos pueden dirigir su formación hacia ámbitos complementarios, y se presentan muchas posibilidades para aquellos que están deseando completar su desarrollo.

10. Adaptarse a los vaivenes del mercado de trabajo está bien, como también lo está seguir las tendencias de los diferentes sectores y amoldarse a los nuevos perfiles. Pero no debes fiarlo todo a la novedad de las profesiones que van surgiendo como hongos.

Es evidente que debes plantear tu carrera y tu estrategia de empleabilidad sobre la base de que las profesiones con éxito de hoy (que no eran conocidas hace cinco años) dejarán de tenerlo dentro de pocos años, y surgirán otras nuevas en un lustro que ahora ni imaginamos.

Pero debes tener cuidado de no caer en la burbuja de las nuevas profesiones y plantearte si todas esas novedades son realmente sostenibles y si tendrán un largo recorrido mañana o perderán peso, influencia y utilidad en poco tiempo. Esto resulta determinante, y más cuando es muy complicado que alguien te pueda aconsejar hoy que sigas el camino de esas nuevas ocupaciones de la misma forma que antes podías recibir el consejo de estudiar otras carreras tradicionales como Derecho, Ingeniería, Medicina o Económicas…

Recuerda además que la empleabilidad no se consigue sólo cursando una carrera, porque puede que haya gente sin titulación que sepa adaptarse a lo que las empresas demandan. Una profesión no es algo que necesariamente se estudia, sino que es una especialidad reconocida por la que el mercado te busca y está dispuesto a contratar tus servicios

En todo caso, conviene distinguir entre lo que es y será una nueva profesión y lo que tan sólo es una función o una tarea temporal que se pone de moda o resulta muy necesaria en un momento específico. Puede que sea porque la tecnología vigente en ese momento obliga a ello. Analiza si se trata de verdaderas profesiones como tales, o es sólo el nombre en inglés que designa una tarea o la simple adaptación de viejos puestos a nuevos entornos y medios.

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