Si es un actor o productor en Hollywood, es difícil no ver la bandera que Netflix ha plantado en Los Ángeles. Su nueva torre de 14 pisos es visible a kilómetros de distancia en esta extensa ciudad, coronada por el logotipo rojo de la compañía. El olor a palomitas de maíz saluda a los visitantes en el vestíbulo.
En su interior, el director general de contenido, Ted Sarandos, se dedica a reclutar a algunos de los productores y escritores más exitosos de la televisión.
Desde que Netflix subió a su plataforma su primera serie original “Lilyhammer” en 2012, la compañía ha construido una de las operaciones de contenido televisivo más valiosas a través de la compra de series y películas creadas por otros.
Ahora, con un presupuesto de US$ 16,000 millones, Netflix aspira a convertirse en el creador de entretenimiento más grande del mundo.
La entrega de los premios Emmy el domingo en Los Ángeles le ofrece a Netflix la oportunidad de mejorar sus credenciales.
La compañía tiene cinco programas nominados en las categorías de drama y comedia, incluyendo el superexitoso“Stranger Things”, un homenaje de bajo presupuesto a Steven Spielberg y las cintas de horror de los años 80.
La serie es la primera en ser realizada completamente por Netflix, dijo Sarandos en una entrevista, y es augurio de otras por venir.
En las últimas semanas, Netflix firmó un contrato a largo plazo con Shonda Rhimes, creadora de series como “Grey’s Anatomy” (Anatomía Según Grey) y “Scandal” del canal estadounidense ABC, reclutó a un ejecutivo para desarrollar programas infantiles originales y compró una editorial de novelas gráficas.
Netflix Studios está produciendo alrededor de 75% de los nuevos proyectos de la compañía, según Sarandos, el arquitecto clave de un número de proyectos este año que incluye 200 comedias, dramas, shows infantiles y largometrajes.
Sarandos, de 53 años y quien se incorporó a Netflix en 2000, pasa gran parte de su tiempo viajando, firmando acuerdos con productores en Australia, Polonia y Japón.
En Hollywood, su trabajo principal es ofrecer su mano de apoyo. Cuando el creador temperamental de alguna serie exitosa se enfrenta a los críticos, Sarandos está allí.
“La gente necesita ver su cara mucho. La gente necesita saber que usted está interesado y comprometido en su proyecto”.
A lo largo de los años, el trabajo de Sarandos se ha hecho más fácil. Al principio, ningún creador o actor que se respetara habría trabajado para un servicio de streaming cuando podían ganar premios en HBO o millones en una cadena de televisión.
Así que Netflix hizo ofertas absurdas, como US$100 millones por dos temporadas del drama político de David Fincher “House of Cards”, protagonizada por Kevin Spacey.
Pocas cadenas de televisión piden incluso una temporada completa antes de rodar un piloto. La serie ha sido un gran éxito, al igual que el drama sobre una cárcel de mujeres “Orange Is the New Black”.
La compañía no revela cuántas personas ven sus programas, una métrica clave en las negociaciones de TV, y Netflix también exige derechos a perpetuidad, limitando el valor de las repeticiones.
Pero los éxitos y los elogios siguieron viniendo para shows como “Daredevil”, “Narcos” y “Master of None”. Aunque tal vez ninguna serie tomó tanto por sorpresa al público como “Stranger Things”, un programa de horror sobre un niño desaparecido. Muchos ya esperan el estreno de la segunda temporada en octubre.
El cambio de Sarandos de la compra de producciones o sus licencias a la realización de contenido aumenta la amenaza para los productores tradicionales.
La compañía ha contratado a decenas de empleados de socios y rivales y está siendo demandada por 21st Century Fox Inc. por “robo” de talento.
El mayor riesgo para Netflix es una desaceleración en el crecimiento de suscriptores, que ahora superan los 104 millones en todo el mundo. Por ahora, la compañía está gastando dinero para ganar dinero, con la idea que cada nuevo programa convencerá a más gente a inscribirse.