Odebrecht es la firma brasileña que ha enlodado el nombre de varios políticos en Perú y América Latina, una región en la que todavía mantiene más de 120 obras en su poder.
Según un informe de La República de Colombia, del total de obras de Odebrecht en curso, 90 pertenecen a Brasil, donde el Departamento de Justicia de Estados Unidos señaló que hubo sobornos por US$349 millones para la adjudicación de contratos.
Entre las construcciones inconclusas hay varias centrales hidroeléctricas como Belo Monte, Baixo Iguacu y Manuel Piar-Tocoma que, según la página de la compañía, es el último proyecto en curso con el cual se espera albergar 10 unidades generadoras (de 216 MW cada una) y tendrá una capacidad total de 2,160 MW.
Además de las hidroeléctricas, la línea 4 del metro de Río de Janeiro y la línea 5 del metro de Sao Paulo tampoco han podido ser inauguradas, al igual que la unidad de Água Emendada y el instituto Derecho y Ciudadanía, entre otras.
De acuerdo con la información revelada por el Departamento de Justicia, Venezuela es el segundo país de la región donde se recibieron más coimas con un total de US$98 millones. Allí, según datos presentados por la Asamblea Nacional, hay 11 obras sin finalizar.
Entre ellas se encuentran el puente Nigale, el cabletren Bolivariano, la línea 5 del metro de Caracas y la central hidroeléctrica Manuel Pilar-Tocoma. Ante la posibilidad de que estas y otras construcciones queden abandonadas, el Gobierno venezolano decidió que se va a encargar de finalizarlas.
Sin embargo, “si el país está en una situación económica difícil lo más aconsejable es que Odebrecht las termine. Porque indudablemente ellos tienen los recursos y la forma de hacerlo”, dijo Julián Cardona, consultor internacional y expresidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem).
En ese listado de pagos por sobornos también están República Dominicana (US$92 millones y cuatro obras), Panamá (US$59 millones y ocho obras), Argentina (US$35 millones y tres obras) y Ecuador (US$33.5 millones) donde tiene proyectos como el metro de Quito y el acueducto La Esperanza.
La compañía brasileña también pasó dinero por la concesión de contratos en Perú (US$29 millones) donde dejó cuatro obras inconclusas: el gasoducto Sur Peruano, la vía de evitamiento de la ciudad de Cusco y la vía Costa Verde- Tramo Callao.
Pero los peruanos no fueron los únicos afectados pues en Guatemala la obra que tenían entre manos, la rehabilitación y duplicación a cuatro carriles de la carretera CA-Occidente, no la han finalizado.
Por su parte, en Colombia se estableció el pago de US$11 millones en sobornos. La firma estuvo en dos contratos ya finalizados, el de la transversal Boyacá fase 2 y Navelena, y uno sin concluir, el del segundo tramo de la Ruta del Sol.
“Navelena y la Ruta del Sol 2 son proyectos importantes que conectan el centro del país con la costa Caribe y habrá que emprender estrategias inmediatas para consolidar la competitividad de Colombia”, expresó Francisco Suárez, socio de Infraestructura Legal.
Por último está México donde la firma pagó US$10,5 millones y, según indica, hay un proyecto acabado.
Diario La República
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)
