(Bloomberg).- Un alza de los precios del gas natural en Estados Unidos, sequía en Brasil y lluvias torrenciales en las regiones carboníferas de Australia son parte de un escenario más factible después de que los meteorólogos aumentaran las probabilidades de que La Niña haga su aparición a fines de este año o inicios del próximo.
Ahora hay un 62% de probabilidades de que La Niña llegue entre noviembre y enero, lo que se compara con el 26% del mes pasado, dijo el jueves en un comunicado el Centro Predicciones Climáticas de Estados Unidos. El cambio hizo que el organismo emitiera una vigilancia meteorológica para La Niña, un enfriamiento de las temperaturas de la superficie del océano Pacífico que puede provocar cambios climáticos en todo el mundo.
“Es nuestra primera vigilancia meteorológica del año”, dijo Michelle L’Heureux, meteoróloga de la entidad ubicada en College Park, Maryland. “Estamos tomando esto muy en serio. Hubo cambios en el océano que fueron bastante rápidos en el último mes”.
La Niña es seguida con mucha atención por los operadores estadounidenses de gas, porque puede provocar inviernos fríos en los estados del norte del país y precios más altos del combustible para las centrales eléctricas y para la calefacción residencial. Hace un año, algunos operadores de gas anticipaban que La Niña impulsaría la demanda de invierno (boreal), particularmente en el Medio Oeste del país, y ayudaría a eliminar un exceso de oferta que mantenía bajos los precios.
Pero un fenómeno de La Niña débil terminó en febrero cuando el océano Pacífico regresó a su estado neutral. Las aguas se han enfriado entre 0.1 y 0.6 grados centígrados en la superficie y la temperatura es incluso menor en zonas más profundas. No es poco común que se produzcan dos fenómenos de La Niña en forma consecutiva y es algo que sucede alrededor del 50% de las veces, dijo L’Heureux.
Las temperaturas promedio en los 48 estados contiguos de Estados Unidos descendieron 0.7 grados Fahrenheit (0.4 grados centígrados) por debajo del promedio del siglo XX durante el invierno boreal de 2010-2011, lo que coincidió con La Niña, según los Centros Nacionales de Información Ambiental de Estados Unidos en Asheville, Carolina del Norte. Durante el invierno de 2014-2015, cuando hubo un calentamiento del océano, fenómeno conocido como El Niño, las temperaturas en Estados Unidos estuvieron 2.1 grados por sobre el promedio.
La Niña también puede desencadenar sequías en las regiones productoras de soja en Brasil e inundaciones en las minas de carbón de Australia. Los precios del carbón subieron el año pasado debido a que los pronósticos apuntaban a la llegada de La Niña.
El fenómeno climático se forma en el invierno del hemisferio norte cada dos a siete años. Si perdura hasta el verano, los vientos del océano Atlántico que destruyen las tormentas tropicales tienden a debilitarse, lo que podría llevar a una mayor cantidad de huracanes.
La Oficina Australiana de Meteorología dijo el martes que dos de sus ocho modelos predecían condiciones al menos parecidas a las de La Niña para fines de año, pero la agencia no emitió una vigilancia meteorológica.