La operación “Carne Débil” y sus 'alarmantes' consecuencias en el comercio

En este momento, la prioridad para el gobierno de Brasil, así como de la industria cárnica en general, debe ser actuar rápidamente para que no se produzcan nuevas sanciones.

El pasado viernes 17 de marzo, la Policía Federal de Brasil desató una operación denominada “Carne Débil”, que después de dos años de investigación constató la existencia de una organización criminal que liberaba productos sin fiscalización con fecha de caducidad expirada, además de usar productos químicos para compensar la calidad de los productos de origen animal, como carne de res, aves y otros productos derivados. Este escenario es bastante crítico para las exportaciones brasileñas, ya que las carnes nacionales tienen un gran peso en la balanza comercial. El sector, que exporta a más de 150 países, coloca a Brasil como el segundo mayor productor mundial (después de los EE.UU.) y el principal exportador en el mundo.

Las consecuencias de esta operación son alarmantes, no sólo para la balanza comercial brasileña, como también para la reputación del país, que llevó mucho tiempo para consolidarse en la industria. Por otro lado, los hechos emergen en un momento muy delicado para la economía brasileña. Brasil, que promueve acciones de política exterior con el fin de restablecer la confianza de los inversores, a través de acuerdos de libre comercio, por ejemplo, sufre un golpe, especialmente junto a los países europeos.

A modo de comparación, si se hubieran producido las prohibiciones/suspensiones durante el año 2016, sobre todo en Europa y China, Brasil dejaría de exportar US$ 5.42 billones, más del 30% de las exportaciones totales. Eso haría que Brasil, uno de los líderes mundiales en el ranking de las exportaciones, sufriese un fuerte revés en la economía y perdiese el espacio a sus principales competidores: EE.UU., India, e incluso Australia.

En 2016, la carne brasileña exportó más de US$ 12 billones entre carne y productos cárnicos. Sólo con las exportaciones de pollo eran casi US$ 6 billones, lo que posiciona el país como el líder mundial en la exportación de aves. Sin embargo, la carne de vacuno también tenía números importantes, llegando a US$ 4.3 billones exportados. Según los datos del MDIC (Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios) de Brasil, la industria de la carne es la tercera más importante de las exportaciones brasileñas, sólo por detrás de los granos (que representaron US$ 9.5 billones en 2016) y minerales (que representaron US$ 15.8 billones en 2016).

Los principales compradores de carne brasileña en 2016 fueron Hong Kong, Egipto, China y Rusia, cuando Brasil exportó más de 1 millón de toneladas de carne de vacuno, de acuerdo con datos de del MAPA (Ministerio de Agricultura y Agropecuaria). Las exportaciones de carne de pollo representaron más de la mitad de la cantidad exportada en el sector en 2016. Arabia Saudita, China, Japón y los Emiratos Árabes Unidos importaron de Brasil más de US$ 3 billones en el período, según datos del MDIC.

Las principales compañías líderes del ranking de las exportaciones de carne, principalmente la de aves y de cerdo en Brasil, son los objetivos de la operación. A pesar de que el gobierno de Brasil actúe para minimizar los impactos, las consecuencias han comenzado a surgir.

Inicialmente, la Unión Europea, que importó US$ 1.75 billones en 2016, ha emitido un aviso de que está supervisando las importaciones de carne de Brasil y que las empresas involucradas en el escándalo no tendrán acceso al bloque europeo. Inmediatamente, otros países han anunciado la suspensión de medidas, tales como China, a la que Brasil exportó US$ 1.75 billones el año pasado. Además de Chile, que, a su vez, también suspendió temporalmente la importación de carne brasileña.

Por ahora, sin embargo, Europa tranquilizó el gobierno brasileño al comunicar que, aunque tal escándalo haya salido a la luz, las negociaciones relativas al acuerdo con Mercosur y Europa, que comenzaron el lunes (20 de marzo) en Buenos Aires se mantienen. Sin embargo, los productores irlandeses, los principales competidores de Brasil en el mercado europeo, solicitaron un embargo inmediato por el Presidente de la Asociación de Productores de Carne de Irlanda (ICSA), Patrick Kent, que considera “indignante que la Unión Europea siga dando una segunda oportunidad para Brasil”.

Además de estas medidas, las acciones de los productores de carne brasileños operan en franco declive desde el día que estalló la operación. La caída de las acciones va desde 2.98% a 5.01%, dependiendo de las empresas mencionadas en la operación. Las prohibiciones anunciadas por los países también afectaron a las acciones de otros frigoríficos, que ni siquiera se mencionan en la operación.

En este momento, la prioridad para el gobierno, así como de la industria cárnica en general, debe ser actuar rápidamente para que no se produzcan nuevas sanciones. Las preocupaciones no deben ser minimizadas y las medidas necesarias deben ser establecidas, así como se deben ampliar las investigaciones y auditorías en todos los productores de carne en Brasil y en el mundo. Esto también puede ser el tiempo para revisar las políticas de inspección sanitaria en el país, evitando que de eventos de esta magnitud vuelvan a ocurrir.

Por Marcos Piacitelli
Especialista en Acuerdos de Libre Comercio de Thomson Reuters

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