(EFE).- Hace 25 años, un 16 de julio de 1992, el grupo terrorista Sendero Luminoso perpetró un atentado con coche bomba que dejó 25 muertos y más de 200 heridos en una céntrica calle del distrito limeño de Miraflores.
El atentado en la calle Tarata se convirtió en una de las acciones terroristas más recordadas por los peruanos y generó el rechazo generalizado de los limeños contra Sendero, al punto de que dos meses después la Policía logró la captura de Abimael Guzmán, el líder y fundador de Sendero, y casi toda su cúpula de dirigentes.
Medios locales recordaron hoy que a inicios de los años 90 Sendero había cambiado su estrategia de lucha contra el Estado en las zonas rurales del país y comenzó a dirigir sus acciones hacia Lima, por considerar que había logrado un “equilibrio estratégico” con las fuerzas del Estado.
Fue en esas circunstancias que se produjo el atentado en la calle Tarata, a pocas cuadras del centro de Miraflores, uno de los distritos más emblemáticos de Lima, donde los subversivos intentaron hacer explotar un coche bomba con 500 kilos de dinamita contra una agencia bancaria.
Según las investigaciones, los terroristas cambiaron su objetivo por esa tranquila calle ocupada por edificios residenciales al comprobar la gran vigilancia policial que había alrededor del banco.
Por este caso, un tribunal peruano inició en mayo pasado un juicio contra la cúpula en pleno de Sendero Luminoso, encabezada por Abimael Guzmán, actualmente de 82 años y preso a cadena perpetua en la cárcel de la base naval del Callao.
El pasado 27 de junio, Guzmán se negó a responder al interrogatorio de la Fiscalía en el juicio oral, tras asegurar que no tuvo “nada que ver” con el ataque.
“No tengo nada que decir porque no tengo nada que ver con Tarata. ¿Cuándo van a entender eso?”, dijo Guzmán antes de asegurar que los senderistas son “comunistas combatientes”.
La Fiscalía de Perú ha pedido otra cadena perpetua para Guzmán y 12 exlíderes de la banda armada por la presunta autoría mediata (con dominio del hecho) en el atentado de Tarata.
El abogado de Guzmán, Alfredo Crespo, mostró a los periodistas una carta, al final de esa audiencia, en la cual Guzmán y varios excabecillas del grupo afirmaron que “nunca” dispusieron “una acción específica”.
“Más aún, como versa en documentos partidarios, somos quienes más duramente hemos criticado la lamentable acción”, agregó el documento que llevó la firma de varios de los procesados.
La procuraduría del Estado para casos de terrorismo ha pedido incrementar a 10 millones de soles (3 millones de dólares) la reparación civil que se debe imponer a los procesados, mientras que la Procuraduría antidrogas pidió una reparación civil de 36 millones de soles (11 millones de dólares) por supuestamente apoyar a mafias del narcotráfico en la selva del país.
La acusación por la autoría mediata del atentado va dirigida a la esposa de Guzmán, Elena Iparraguirre Revoredo, exnúmero dos de Sendero, a Óscar Ramírez Durand, Eleuterio Flores Hala, Osmán Morote Barrionuevo y Margot Liendo Gil.
Asimismo, contra Victoria Elizabeth Cárdenas Huayta, Margi Clavo Peralta, María Pantoja Sánchez, Laura Zambrano Padilla, Florentino Ceron Cardoso, Moisés Limaco Huayascachi y Edmundo Cox Beuzeville.
De acuerdo al informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, Sendero Luminoso fue el principal responsable de las más de 69.000 víctimas causadas por el conflicto interno entre 1980 y 2000 en Perú.